El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha ha dado luz verde a una nueva edición del Plan de Empleo, con una inversión total de 63,8 millones de euros, destinados a la atención de 7.000 personas desempleadas en la región. Así lo ha anunciado la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, en una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno.
Franco ha destacado que el Gobierno regional aportará el 60% de los fondos, lo que equivale a 38,8 millones de euros, mientras que las cinco diputaciones provinciales contribuirán con el 40% restante, sumando un total de 25 millones de euros. La consejera ha enfatizado que esta colaboración con las diputaciones mantiene el compromiso establecido en años anteriores.
Es importante señalar que la cifra total de 63,8 millones de euros no incluye las aportaciones que realizan las entidades locales en sus contrataciones, lo que incrementa los recursos movilizados por las administraciones regional y provinciales.
En cuanto a la distribución de los fondos por provincias, Albacete recibirá 11,98 millones de euros, que se destinarán a 1.279 personas desempleadas, mientras que Cuenca manejará 4,7 millones, beneficiando a 506 personas. En Guadalajara, se movilizarán 6,33 millones de euros para atender a 681 desempleados. La provincia de Toledo, que tendrá la inversión más alta por su tamaño poblacional, contará con 23,5 millones de euros para ayudar a 2.536 personas. Finalmente, Ciudad Real verá una inversión de 17,27 millones de euros, que alcanzará a 1.858 desempleados.
Franco ha indicado que, durante la reunión, se aprobaron convenios con las diputaciones de Albacete, Cuenca, Guadalajara y Toledo, a excepción del de Ciudad Real, que se someterá a aprobación en el próximo Consejo de Gobierno. La consejera ha expresado su agradecimiento a las diputaciones por su colaboración en este programa de apoyo activo al empleo y ha resaltado la importancia de sumar esfuerzos entre las distintas administraciones para obtener mejores resultados.
Los beneficiarios de este plan se centrarán en aquellas personas con mayor dificultad para acceder al mercado laboral, incluyendo desempleados de larga duración, mayores de 50 años, jóvenes sin la formación necesaria, personas desempleadas sin cualificación y, especialmente, mujeres, incluidas aquellas que han sido víctimas de violencia de género.
Franco ha presentado cifras que evidencian la efectividad de los programas de empleo en la región, destacando que el número de desempleados de larga duración ha disminuido de 177.000 en 2015 a 46.900 en la actualidad, lo que representa una reducción de 130.100 personas. Asimismo, las familias con todos sus miembros sin empleo han pasado de 77.921 a 34.600 en la última década, reflejando el impacto positivo de estos programas en la lucha contra el desempleo.