Gisèle Pelicot clarifica su postura y desmiente cuestionamientos sobre su consentimiento en base a imágenes obtenidas sin permiso

En un emotivo y tenso testimonio ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, en el sureste de Francia, Gisèle Pelicot, de 71 años, desmintió categóricamente las insinuaciones de algunos abogados defensores que buscaban descalificar su testimonio en un caso de violación múltiple que ha conmocionado al país. Pelicot se enfrentó a preguntas que sugerían que las fotos robadas, utilizadas por la defensa, podían indicar su consentimiento para relaciones sexuales, describiendo las insinuaciones como «insultantes» y un «examen humillante».

La sesión judicial de este miércoles estuvo centrada en la proyección de dos series de 27 fotos sexuales, guardadas por su esposo, Dominique Pelicot, uno de los 50 acusados de participar en el abuso sexual de Gisèle entre 2011 y 2020. La defensa trató de utilizar estas imágenes, algunas de las cuales Gisèle afirmó que fueron tomadas sin su conocimiento o bajo la influencia de drogas, como evidencia para cuestionar su alegato de no consentimiento. Dominique confirmó que había tomado varias de estas fotos, incluyendo algunas mientras su esposa estaba drogada, e incluso en escenarios sexuales que resultaron ser montajes.

Además de relatar cómo su marido le administró ansiolíticos sin su conocimiento durante una década para “anularle la voluntad”, Gisèle también refutó la afirmación de haber estado «perfectamente despierta y consciente» en una de las imágenes. Su marido, Dominique Pelicot, admitió su culpabilidad en haberla drogado y violado, así como en haber permitido que decenas de hombres abusaran de ella en el mismo estado de indefensión.

Este caso ha capturado la atención del público francés, no solo por la horrenda naturaleza de los crímenes, sino también por el hecho de que la mayoría de los acusados han reconocido haber abusado de Gisèle, aunque algunos negaron saber que ella no había dado su consentimiento. Esta defensa se basa en la errónea percepción de que Gisèle y Dominique Pelicot formaban una “pareja libertina”.

La red de abusos se destapó no por las acciones de los participantes en la plataforma de encuentros coco.fr, ahora cerrada, sino por la posterior detención de Dominique Pelicot en septiembre de 2020, después de que fuera sorprendido grabando videos bajo las faldas de mujeres en un supermercado. La investigación subsiguiente llevó al descubrimiento de un disco duro lleno de material gráfico que ahora sirve como evidencia primordial en el juicio.

La reacción adversa a las tácticas de algunos abogados defensores, incluyendo un enfrentamiento especialmente tenso entre Gisèle Pelicot y la abogada Nadia El Bouroumi, ha llevado a un llamado a que las víctimas de abusos no se silencien. Stéphane Babonneau, al defender la resiliencia de Pelicot, enfatizó la importancia de confiar en el sistema judicial, a pesar de la percepción de que a menudo es la víctima la que se somete a juicio.

Este dramático caso ha dado lugar a manifestaciones de apoyo hacia Gisèle y otras víctimas de abuso, subrayando la necesidad imperante de un cambio sistémico en el trato de los casos de violación y abuso sexual en el sistema judicial, no solo en Francia sino alrededor del mundo.

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