En Guadalajara, el servicio de grúa mantendrá su gestión a través de una empresa privada, decisión que se ha consolidado este viernes en el pleno municipal con los votos a favor del equipo de Gobierno, compuesto por el Partido Popular (PP) y Vox, y con la oposición en contra del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Agrupación Independiente de la Kultura y Ecología (Aike). Con 13 a 12 votos, se ha revocado la iniciativa de gestión directa impuesta el pasado 28 de abril bajo la administración del entonces alcalde socialista, Alberto Rojo.
La empresa privada continuará encargada de la inmovilización, la retirada y el depósito de vehículos, un servicio que el anterior Gobierno Municipal había pretendido remunicipalizar. El cambio de dirección político no permitió finalizar este proceso.
La controversia se acentúo con enfrentamientos verbales entre PP y PSOE. Alfonso Esteban, portavoz del PP y concejal de Economía y Hacienda, defendió la revocación como una decisión de «interés general» apoyada en informes económicos, argumentando un ahorro aproximado de 6.000 euros mensuales. Esteban cuestionó la postura del PSOE, indicando que históricamente han favorecido la externalización de servicios, y exhortó a las filas socialistas a explicar su ahora marcado interés en la gestión directa de la grúa.
La concejal del PSOE, Pilar Sánchez, repudió la acción del equipo gobernante, calificándola de «revocación arbitraria» y advirtió de posibles consecuencias jurídicas. Sánchez enfatizó la validez del acuerdo previo y subrayó las ventajas de remunicipalización para los empleados del servicio, actualmente en situación precaria.
Vox y su concejal José María Antón apoyaron y se centraron en la búsqueda de la eficiencia y ahorro para el ciudadano, mientras que desde Aike, la portavoz Susana Martínez, vio un error en revertir los acuerdos institucionales y alertó sobre posibles repercusiones legales.
La designación de Luis Aranda como coordinador del Área de Desarrollo Económico, Turismo y Hacienda también generó discordia. El nombramiento, que contó con el apoyo del equipo de Gobierno, fue criticado por su vinculación con Silvia Valmaña, exdiputada nacional por Guadalajara. El PSOE, a través de su portavoz Lucía de Luz, y otros miembros de la oposición acusaron al PP de nepotismo. Por su parte, el PP y Vox contrarrestaron esas afirmaciones señalando supuestas contrataciones «a dedo» durante la gestión previa del Ayuntamiento y de la Diputación.
Isabel Nogueroles, concejala del PP, defendió la integridad de Aranda, desafiando al PSOE a no crear escándalos injustificados. La alcaldesa, Ana Guarinos, intervino para destacar la experiencia profesional de Aranda y criticó la gestión anterior, mencionando contrataciones cuestionadas y refutando alegatos de hipocresía del PSOE.
El conflicto entre la gestión de la grúa y la designación de Aranda refleja el tenso ambiente político en Guadalajara, evidenciando diferencias profundas en las estrategias de administración de servicios públicos y en la transparencia de las contrataciones municipales.