Millones de estadounidenses se preparan para salir a las carreteras durante el fin de semana festivo, y lo hacen con una buena noticia en el bolsillo: los precios de la gasolina están cayendo. Este fenómeno, que no se había visto en los últimos años, ha llevado a que las estaciones de servicio ofrezcan precios que, ajustados por inflación, son comparables a los niveles más bajos en dos décadas.
En ciudades como Tupelo, Mississippi, los conductores están a punto de disfrutar de sorpresas agradables en los surtidores. En Nueva York, los pronósticos indican que los precios continúan a la baja, lo que ofrece un alivio a los viajeros justo antes de la festividad del 4 de julio. Toledo, Ohio, y Columbia, Carolina del Sur, también reportan precios sorprendentemente bajos, los más económicos para esta época desde 2021.
Las opiniones de los ciudadanos reflejan un optimismo renovado. “Si planeas viajar esta semana, las tarifas de gasolina aquí son las más bajas que hemos visto en años”, comenta un residente de Macon, Georgia. En el desierto de Arizona, a pesar de tensiones internacionales, los precios se han mantenido firmes y accesibles.
Diversas fuentes indican que el precio promedio nacional de la gasolina se sitúa en alrededor de $3.18 por galón, un importante descenso respecto a los $3.49 del año pasado. Este ahorro en el costo del combustible se traduce en un pequeño respiro para muchas familias, afectadas por un contexto económico complicado. Las recientes caídas de precios no solo benefician a los automovilistas, sino que también contribuyen a mantener la inflación bajo control.
La ventaja de este escenario es particularmente notable dado el incremento en los ingresos de los estadounidenses, lo que significa que, en términos ajustados a la inflación, el gasto en gasolina está representando una menor carga en sus presupuestos familiares. Todo esto apunta hacia un verano de viajes por carretera, que promete ser más accesible y menos estresante para aquellos que decidan tomar la carretera.
A medida que las familias planifican sus escapadas, las estaciones de servicio presentan un panorama más amistoso en comparación con años anteriores. Con la disminución de los precios no sólo se alivia el coste del transporte, sino que también se reaviva la esperanza de un verano lleno de aventuras y encuentros entre seres queridos. Este contexto económico, que favorece a los viajeros, parece marcar un capítulo más optimista a las puertas de unas vacaciones anheladas.
Fuente: WhiteHouse.gov