Cuenca ha sido el escenario hoy de una serie de declaraciones del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha hecho hincapié en los recientes avances en la gestión del trasvase Tajo-Segura. Durante su intervención, el presidente ha subrayado la importancia de la modificación de las reglas de explotación de este trasvase, resaltando que por primera vez se están poniendo sobre la mesa datos técnicos que reflejan la situación crítica del río Tajo.
García-Page ha argumentado que cualquier análisis histórico demuestra que el trasvase ha fracasado en alcanzar sus objetivos originales y ha insistido en que es fundamental garantizar el acceso al agua para consumo humano e industrial. En este contexto, destacó la infraestructura de desaladoras en España, que, según él, podría hacer innecesario el trasvase si se utilizara de forma óptima y con las mejoras adecuadas.
Además, García-Page expresó su compromiso de colaborar con las regiones de Murcia y Valencia para mejorar los costes del agua desalada, reconociendo que este es un obstáculo significativo para su implementación a gran escala.
En otra parte de su intervención, García-Page se refirió al apagón energético que afectó al país recientemente. Agradeció al personal involucrado en la gestión de la crisis y mencionó que es urgente abordar las dificultades que enfrentan las empresas en Castilla-La Mancha ante la falta de capacidad para conectarse a la red eléctrica. Según el presidente, existen al menos 20 proyectos empresariales en la región que están pendientes de poder engancharse a la energía disponible, lo que pone de manifiesto la necesidad de una inversión significativa en infraestructura energética.
Estas declaraciones se realizaron durante una visita a Cuenca, donde el presidente estuvo acompañado por el vicepresidente primero de la Junta y el consejero de Fomento.
