Zaragoza ha sido el escenario de una jornada de destacados anuncios para Castilla-La Mancha, donde el presidente regional, Emiliano García-Page, ha presentado una mejora en la confianza empresarial que supera en diez puntos la media nacional. Esta confianza ha crecido un 1,4 % en la región, en comparación con un aumento del 0,1 % en el resto de España. La posición de Castilla-La Mancha consolida su liderazgo en este indicador, mientras que Aragón ocupa el segundo lugar en el ranking nacional.
Durante un desayuno informativo organizado por El Heraldo de Aragón, García-Page destacó la importancia de tener un índice de confianza empresarial favorable y comentó que se trata de un reflejo positivo de la colaboración entre el gobierno, los empresarios y los sindicatos desde el inicio de su mandato.
El evento incluyó un coloquio en formato de preguntas y respuestas, donde el director del rotativo, Miguel Iturbe, preguntó sobre el polémico trasvase Tajo-Segura. El presidente de Castilla-La Mancha hizo hincapié en las cinco sentencias del Tribunal Supremo obtenidas hasta la fecha, argumentando que cualquier cambio en las reglas de explotación no responde a decisiones políticas, sino a una falta de acción por parte de anteriores gobiernos que han estado más condicionados por intereses electorales en otras comunidades autónomas.
En un giro hacia temas de actualidad, García-Page abordó la situación sobre la financiación autonómica y la reciente normativa del Gobierno central relacionada con la gestión de menores no acompañados. Criticó la falta de una estrategia migratoria coherente a nivel estatal y sugirió la posibilidad de presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional en contra de la nueva ley, que considera perjudicial para los menores implicados.
La jornada también tocó cómo las políticas arancelarias de Estados Unidos, especialmente bajo la administración de Donald Trump, pueden impactar a España. García-Page consideró a Trump como un «factor de riesgo», no solo para su país, sino para el entorno global, dejando entrever su preocupación por las implicaciones que esto puede tener para Europa.
Finalmente, el presidente se refirió a la calidad de la educación superior en España, señalando la ausencia de universidades privadas en Castilla-La Mancha y expresando que existen tanto instituciones que cumplen los estándares y se destacan en investigación como aquellas que, en sus palabras, serían «fábricas de títulos». Sugirió que es importante establecer requisitos más estrictos para asegurar una educación superior de calidad en todas las instituciones del país.