El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha destacado en un vídeo compartido en sus redes sociales el progreso significativo de la sanidad en la región desde 2015, señalando que el gasto sanitario por habitante está cerca de duplicarse en un período de ocho a diez años. Esta mejora financiera se ha traducido en una serie de mejoras tangibles para los servicios de salud regionales.
Desde 2015, la inversión diaria en sanidad ha aumentado de 6,6 millones de euros a 10,38 millones, resultando en 3,78 millones de euros adicionales cada día. Estos fondos han permitido ampliar la infraestructura sanitaria con la construcción de 28 nuevos centros de atención primaria y la modernización y aumento de hospitales, incluyendo las obras en curso en Cuenca, Albacete y Puertollano. Además, la región ha presenciado un incremento en el número de tarjetas sanitarias, con casi 27.000 más en circulación.
La inversión en tecnología de punta también ha sido notable, superando los 300 millones de euros a lo largo de dos legislaturas. En el campo de las vacunas, el gasto ha registrado un salto significativo, de 5,8 millones de euros en 2015 a 30 millones en el último año.
García-Page ha remarcado la importancia de un sistema de salud robusto, declarando que el 95% de los servicios de salud en Castilla-La Mancha son públicos, un rasgo que, según él, es motivo de orgullo y distinción frente a otras regiones donde los servicios privados son más prevalentes. Aunque no se opone a la iniciativa privada en el sector, el presidente ha enfatizado la prioridad de seguir invirtiendo en lo público, sin depender de la inversión privada.
Finalmente, Emiliano García-Page ha valorado la sanidad de Castilla-La Mancha como «de primera», considerándola como una prioridad de su gobierno y una «bandera» de la región. Ha admitido que, aunque siempre hay espacio para la mejora, la sanidad en Castilla-La Mancha es un modelo al que muchas personas dentro y fuera del país aspirarían tener.