En la ciudad de Toledo, el 18 de julio de 2024, durante una sesión en el emblemático Convento de San Gil, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, manifestó con vehemencia la importancia del nuevo Estatuto de Autonomía para la región. En su declaración ante las Cortes regionales, enfatizó que este Estatuto permitirá planificar el futuro de la comunidad, manejar sus expectativas y reforzar la esperanza de sus ciudadanos, a la vez que le otorgará prestigio a la vida pública y legitimará aún más su autonomía.
El presidente celebró el matiz progresista de Castilla-La Mancha, colocándola como una comunidad equilibrada, confiada y libre del populismo y de las divisiones políticas que aquejan actualmente al panorama nacional. Reafirmó la importancia de proteger los intereses de la tierra, no en una postura conflictiva, sino en la defensa responsable frente a las dinámicas industriales, de servicios y fiscales del Estado español.
García-Page puso de relieve el valor que tiene el entendimiento mutuo y el acuerdo en el sistema democrático, describiéndolos como tesoros frente a la polarización social. Recordó que los logros del país desde el año 1975 han surgido del entendimiento entre los dos principales partidos políticos o de sus gobiernos en solitario, destacando la implicación del PSOE y el PP, que históricamente han representado hasta el 94% del Parlamento.
El presidente abordó también el delicado tema del independentismo, reconociendo el papel clave de las comunidades autónomas en su contención. Subrayó que la autonomía garantiza, por excelencia, la unidad de España y compartió su perspectiva de que las regiones trabajan conjuntamente para encontrar soluciones homogéneas a desafíos comunes, desmintiendo la asociación frecuente de la autonomía con separatismos.
Hablando sobre el financiamiento de la comunidad, el presidente mencionó una reciente aprobación en el Senado que pretende instaurar un fondo de contingencia para las comunidades desfavorecidas por el sistema de reparto actual, instando a que se materialice dicha propuesta por razones de justicia.
Para concluir, García-Page valoró la Constitución Española como el cimiento que ha expandido los derechos de los españoles y realzó la toma de decisiones local como un aspecto crítico. También hizo referencia a la negativa histórica de incorporar la amnistía en la Constitución, subrayando la relevancia de este hecho en el contexto legal y político vigente.