El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su preocupación por el futuro de la financiación autonómica en España durante la inauguración del curso sobre el Comité de las Regiones en Santander. En su intervención, García-Page ha subrayado la importancia de mantener el principio de progresividad en el reparto de la riqueza, un valor que, tal y como ha señalado, se deja de lado en las actuales discusiones en el país.
El evento, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en el Palacio de La Magdalena, ha contado con la presencia de otros líderes regionales, incluyendo a la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, y a los presidentes de Andalucía y Galicia, Juan Manuel Moreno Bonilla y Alfonso Rueda respectivamente.
García-Page ha enfatizado que la cohesión es un concepto que ha sido difícil de negociar en Europa, pero que ha logrado establecerse con el tiempo. Ha criticado el estado actual del debate nacional, sugiriendo que se está cuestionando algo que debería ser incuestionable en el contexto europeo: que aquellos que más tienen aporten más, y que quienes menos tienen reciban más apoyo.
Además, el presidente ha resaltado la labor del Comité de las Regiones como un espacio plural de discusión que promueve los consensos y acuerdos entre diferentes ideologías. No obstante, también ha advertido sobre el auge del populismo, al que ha calificado como un «troyano» que amenaza los valores fundamentales de la Unión Europea.
En el transcurso de su intervención, ha instado a la comunidad a involucrarse activamente en la defensa del ideal europeo, argumentando que el silencio ante este fenómeno se interpreta como un consentimiento. Por otro lado, ha alertado contra un posible retroceso hacia una política de estatalización, donde cada país tomara decisiones de manera independiente sobre cuestiones como la Política Agraria Comunitaria, lo que consideraría un paso atrás en la integración europea.
El evento ha evidenciado la preocupación de los líderes regionales por el estado actual de la política comunitaria, así como la necesidad de reforzar el compromiso hacia una Europa unida y solidaria.