El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado hoy su postura respecto a la reciente declaración de Juan Lobato, exsecretario general del PSOE de Madrid, como testigo en el Tribunal Supremo. García-Page, que se encontraba en Consuegra, ha enfatizado que «ninguna militancia obliga a ser cómplice», refiriéndose a la situación que enfrenta Lobato en relación con la presunta filtración de correos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso.
El mandatario castellanomanchego ha celebrado que Lobato no sea imputado, considerándolo una buena noticia para él. Según García-Page, la declaración de Lobato habría estado alineada con lo que ya establece el acta notarial, aunque no ha tenido acceso a detalles sobre la misma. También ha subrayado que las consecuencias de esta situación podrían llegar en diferentes circunstancias, pero no necesariamente para Lobato.
García-Page ha explicado que la militancia en un partido implica compartir objetivos y lealtad, pero subrayó que no debe ser interpretada como un camino hacia la complicidad en situaciones irregulares. «Lo que quiso evitar Juan Lobato es ser cómplice de nada», reiteró.
Al ser cuestionado sobre el posible impacto de esta situación en La Moncloa, el presidente ha declarado que no tiene conocimiento de los acontecimientos que rodean este caso y ha calificado las informaciones disponibles de «apabullantes». Además, ha expuesto su preocupación por el hecho de que se esté «quemando a marchas forzadas» el potencial de jóvenes valiosos en el ámbito político, describiendo este fenómeno como un síntoma poco saludable en la actualidad política.
García-Page también ha insistido en la importancia de ofrecer respuestas verídicas ante los tribunales durante cualquier investigación en curso. «Lo único importante son los hechos», ha afirmado, destacando que es el juez quien debe determinar lo sucedido y las consecuencias derivadas. Para concluir, el presidente ha expresado su deseo de que las numerosas controversias políticas que actualmente afectan al partido y al Gobierno sean resueltas, ya que generan una «sombra turbia» sobre su realidad.