La comunidad ganadera de la Sierra Norte de Guadalajara enfrenta una creciente inquietud y malestar debido a la frecuencia de ataques de lobos y buitres a su ganado, un desafío exacerbado por la aparente falta de respuesta efectiva de la Administración regional frente a las reclamaciones de daños.
El presidente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, Fernando Moreno, ha manifestado su desilusión ante la demora de la Administración en atender los informes de perjuicios causados por dichos ataques. Moreno, quien ha sufrido pérdidas personales el ganado, señala que es «casi más lamentable» la espera de semanas para obtener una respuesta sobre los partes de daños que presentó, relativos tanto a agresiones de lobos como de buitres.
La preocupación de Moreno es compartida por numerosos ganaderos de la zona, quienes han vivido circunstancias similares. Los depredadores han causado alarma al ganado, que en algunos casos ha resultado en ataque. El propio Moreno narra el desgarrador episodio de cómo una de sus vacas y su recién nacido fueron víctimas de buitres, así como otro evento traumático en el que siete vacas murieron asfixiadas en una nave, un acontecimiento que Moreno atribuye al miedo causado por la presencia de un lobo.
Además presenta una queja justificada, ya que, tras cumplir con el procedimiento de informar a la Administración mediante los partes demandados, no ha recibido confirmación sobre si se efectuarán los pagos o no, refiriéndose a estos retrasos como motivo de gran descontento. Al estimar sus most recientes pérdidas en más de 20,000 euros, Moreno solicita con urgencia mayor eficiencia en los procedimientos para obtener dichas compensaciones.
Moreno destaca que su caso no es único, aludiendo a varios otros ganaderos en la comarca que enfrentan la amenaza constante de fauna predatoria sin percibir respuesta alguna sobre su situación por parte de las autoridades.
«Está pasando en toda la comarca», enfatiza Moreno, quien concluye evidenciando no solo su frustración, sino también la de sus colegas ganaderos, ante lo que perciben como un abandono por parte de la Administración, a pesar de que, en teoría, existan ayudas aprobadas para este tipo de incidentes. Su indigación se funda en la sensación de que la problemática parece estar siendo ignorada por aquellos en poder de ofrecer soluciones.