En el frenético mundo de los reality shows, las tensiones suelen intensificarse, y «Hasta el fin del mundo» no ha sido la excepción. Después de una intensa semana marcada por el enfrentamiento entre Alba Carrillo y Cristina Cifuentes, el programa de Televisión Española volvió a captar la atención del público gracias a un inesperado choque entre Aldo Comas y José Lamuño, que ocurrió durante una velada nocturna en Lima.
La noche, que había comenzado con un ambiente festivo, rápidamente tomó un giro inesperado tras un juego de ruleta que llevó a Lamuño a beber un chupito. La frase «de un trago, como un hombre», pronunciada por Aldo, encendió la chispa de un debate que, en apariencia, se sería ligero. Sin embargo, la respuesta de Lamuño fue contundente: «No me vengas con el ‘como un hombre’. Eso es una gilipollez». Este intercambio verbal no solo marcó el inicio de una acalorada discusión, sino que también puso de manifiesto las diferentes perspectivas sobre la masculinidad y el lenguaje que ambos compartían.
A medida que la conversación avanzaba, Lamuño instó a Aldo a reconsiderar su elección de palabras, sugiriendo que ciertos discursos de género deberían ser erradicados. “A ver si cambiáis el discurso del ‘como un hombre’”, afirmó. Por su parte, Aldo insistió en que se sentía orgulloso de su forma de ver la vida, aunque su discurso chocara con las sensibilidades de su compañero. «No soy moderno, odio lo moderno», sentenció, mientras defendía su derecho a expresarse de la manera que había aprendido.
El diálogo pronto se tornó en un intercambio más personal, donde ambos participantes revelaron sus posturas sobre el respeto y la tolerancia en la sociedad contemporánea. A pesar de las diferencias, ambos mostraron una disposición a mantenerse firmes en sus creencias. Aldo, visiblemente enfadado, argumentó que sus expresiones no debían ser objeto de crítica, mientras que Lamuño continuó abogando por un cambio en el lenguaje que refleje mejor los tiempos actuales. Con una mezcla de frustración y humor, Aldo concluyó su intervención planteando que el humor, incluso el más políticamente incorrecto, tenía un lugar en su vida.
Finalmente, después de este tenso debate, ambos se tomaron un momento para reflexionar sobre sus diferencias y reafirmar su amistad, aunque en términos opuestos. Aldo defendió la libertad de expresión en su forma más cruda, mientras que José Lamuño se mantuvo en su posición de que ciertas expresiones podrían perpetuar estereotipos dañinos.
Este episodio no solo añade una nueva capa de drama al programa, sino que también pone de relieve un tema relevante en la sociedad actual: la evolución del lenguaje y las expectativas en torno a las identidades de género. En un contexto donde el «woke» y el respeto por las sensibilidades ajenas se discuten abiertamente, el enfrentamiento entre estos dos personajes de «Hasta el fin del mundo» es un recordatorio palpable de que los debates sobre género y lenguaje continúan siendo tan necesarios como polémicos.

















