Fredesvinda Trapero Maestre se ha convertido en la primera mujer de Argamasilla de Calatrava en convertirse, aun en la condición de sustituta, en jueza de paz en esta localidad ciudadrealeña, recibiendo la felicitación de la alcaldesa por este nuevo hito en pos de la igualdad en todos los ámbitos sociales.
«Su nombramiento no es anecdótico en modo alguno, porque esta vecina que siempre se ha caracterizado por su labor en diferentes colectivos locales marca también un antes y un después en los ámbitos de la Justicia más cercanos a la ciudadanía como es nuestro Juzgado de Paz», ha referido Jacinta Monroy.
A partir de ahora, Fredes, como así se la conoce mayormente, inicia una etapa de aprendizaje en torno a este servicio ciudadano que persigue resolver conflictos sin tener que llegar a los cauces ordinarios de los juzgados. «Yo empiezo ahora de novata, como si estuviera en parvulitos», comenta esta siempre sonriente vecina de 74 años de edad.
Un periodo de aprendizaje, «acompañando y en lo que pueda ayudar», junto a quien es su titular, Cándido Menchén Chacón, cuya renovación también ha dictado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha y a quien deberá sustituir cuando este ingeniero industrial de 69 años, ya jubilado, no pueda atender por alguna causa.
Fredes asume su nombramiento, a propuesta del Ayuntamiento, «con orgullo» y con el afán de ayudar a sus paisanos » todo lo que pueda», tal y como ha demostrado durante los años que ha estado al frente del Consejo de Mayores o desde la Asociación de Viudas que preside y demás colectivos a los que aporta, además de cómo hizo en su tienda.
Cándido, por su parte, se muestra muy solícito para cuanto requiera su compañera pues, aunque él no es natural de la localidad, su más de medio siglo de vida en Argamasilla de Calatrava le hace considerarse «tan rabanero como el que más» y, por ende, sabedor de las casuísticas más habituales de conflicto que pueden desembocar todo juez de paz.
Éste es su segundo mandato de cuatro años al frente de este recurso de mediación, al que llegó en 2003 también, al igual que ahora Fredes, como sustituto. Es titular desde 2016 y este año, precisamente, acaba de renovar por otros cuatro años más en una labor que debe ser valorada, según dice, únicamente por los vecinos.
«Hasta ahora no he tenido quejas de ningún tipo y se hace lo que se puede por ayudar a la gente y al pueblo», comenta y reconoce, desde las pocas facultades que atañen a todo juez de paz, «buscar la conciliación para no tener que ir a instancias superiores, con lo que supone a la Administración de Justicia en cuanto a retrasos, problemas y costes».
La conflictividad no es lo que más caracteriza la labor de estas instancias municipales, sobre todo «si no se nos llama para intervenir, pero una vez que se nos llama intentamos mediar y que la cosa no llegue a más, algo que hasta ahora vamos consiguiendo», apunta Cándido, a quien siempre llamó la atención la labor judicial de la que, dice, «sigo aprendiendo».
Por eso, mayormente son las funciones como Registro Civil, a efectos de inscripción de matrimonios, nacimiento de hijos o defunciones, o notificación judicial con el añadido de que su servicio de Secretaría no se ciñe exclusivamente a Argamasilla de Calatrava, sino a un ámbito territorial que en la comarca alcanza a unos 10.000 ciudadanos.
Aldea del Rey, Caracuel de Calatrava, Corral de Calatrava, Los Pozuelos de Calatrava y Villanueva de San Carlos son las otras poblaciones con alcance del Juzgado de Paz rabanero, para lo cual cuenta con funcionario de Gestión Procesal y Administrativa del Ministerio de Justicia con ejercicio y autoridad de secretario judicial, funcionario de Auxilio Judicial del Ministerio de Justicia y secretario del Registro Civil.