La preparación de la boda de Marta López está causando más controversias de lo esperado, principalmente debido a las decisiones sobre la lista de invitados y las declaraciones respecto a la posible asistencia de personalidades destacadas. El tema ha sido fuente de discordia entre López y Frank Blanco, presentador del programa «Tardear», quien expresó su molestia por no haber sido incluido en la lista de invitados, a diferencia de Verónica Dulanto, compañera de ambos en el ámbito televisivo.
La polémica se incrementó cuando el programa «Tardear» abordó la especulación sobre la asistencia del rey emérito Juan Carlos I al evento, dado que el futuro esposo de López habría sido su médico. Esta situación llevó a una entrevista en la revista «Lecturas», donde a pesar de las peticiones de Marta López de no tocar el tema, se hizo referencia a la posible presencia del monarca retirado sin obtener una respuesta directa por parte de la novia.
La respuesta de López hacia la insistencia de «Tardear» en discutir la profesión de su pareja y la conexión con sus pacientes fue de clara molestia, enfatizando que la profesión de su futuro marido y sus pacientes son temas que prefiere mantener al margen de su vida pública. A pesar de los esfuerzos de Dulanto por suavizar la situación y darle libertad a López de responder según prefiera, Blanco no disimuló su descontento por no ser invitado, haciendo uso de su humor al comentar sobre la posibilidad de que su ausencia se deba a dejar espacio para Juan Carlos I.
Aunque Blanco defendió su derecho a formular cualquier pregunta en su programa, lo cierto es que la controversia ha posicionado a Marta López en una situación incómoda, intentando equilibrar su derecho a la privacidad con las expectativas y curiosidades de los medios y el público. La tensión entre los presentadores subraya el constante debate sobre los límites del interés público y la privacidad de los individuos, especialmente cuando se entrelazan con figuras públicas y eventos de alta visibilidad como una boda.
