Francisco, un vecino de Urda, ha experimentado una segunda oportunidad en la vida al convertirse en el primer paciente en recibir un trasplante hepático en el Hospital Universitario de Toledo y en toda la comunidad de Castilla-La Mancha. A los 67 años, Francisco compartió su historia en una rueda de prensa donde estuvo acompañado por el equipo médico que hizo posible esta intervención pionera, que involucró a más de 30 especialistas. Durante su intervención, Francisco agradeció a la persona que le donó el órgano y a los médicos por permitirle disfrutar de una «nueva oportunidad de vida».
Después de llevar esperando el trasplante entre cuatro y cinco años, Francisco afirmó que ahora puede «retomar» su vida de manera positiva y disfrutar momentos con su familia, como llevar a sus nietos a la «tirolina». Con una notable dosis de humor, comentó que la muerte no le causaba gran temor, dado que se muere «solo una vez».
La directora general de Asistencia Sanitaria del Sescam, Cristina Pérez, destacó que esta primera intervención abre las puertas a que más pacientes de la región puedan recibir tratamientos complejos sin necesidad de trasladarse a otras comunidades autónomas, consolidando al Hospital Universitario de Toledo como un referente en la realización de trasplantes.
En los últimos tres años, Castilla-La Mancha ha visto a 120 pacientes trasplantados de hígado, principalmente en colaboración con las comunidades de Murcia y Madrid. Tras el éxito de la primera operación, ya se ha realizado un segundo trasplante en el hospital, dirigido a una paciente en situación crítica. En el día de hoy, no hay personas en la región esperando un hígado, mientras que se están registrando catorce pacientes en listas de espera de otras comunidades. A partir de ahora, todos los pacientes que requieran un trasplante hepático entrarán en la lista de espera de Toledo.
El proceso del trasplante hepático fue descrito por miembros del equipo médico, incluidos la coordinadora autonómica de trasplantes y el responsable quirúrgico del programa de trasplante hepático. Destacaron que este procedimiento es uno de los que requiere más transfusiones y que el prolongado proceso comienza con la donación, que no siempre se lleva a cabo en el mismo hospital donde se realiza el trasplante. En promedio, el tiempo desde que se recibe el aviso de un potencial donante hasta que el hígado está preparado puede demorarse hasta ocho horas, seguido de otras siete horas hasta llevar a cabo el critical “piel a piel” que implica la extirpación del hígado afectado y la implantación del nuevo órgano.
Generalmente, los donantes son identificados por la mañana, y los trasplantes deben realizarse con frecuencia durante la noche, según explicaron los médicos que participaron en esta histórica intervención.