En una reciente entrevista con N+ de México, el Papa Francisco ha expresado su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María Mayor, en lugar de optar por un lugar en el Vaticano, un sentimiento que había adelantado en diciembre de 2023. El Pontífice reveló que ya está «preparado» el lugar para su descanso final en esta emblemática basílica situada en Roma, una de las cuatro basílicas mayores de la ciudad.
«Como siempre le prometí a la Virgen, ya está preparado el lugar. Quiero ser enterrado en Santa María Mayor», afirmó el Papa. Esta elección responde a su profunda devoción hacia la Virgen María, la cual ha estado presente a lo largo de su vida. «Sí, porque es mi gran devoción, mi gran devoción. Y antes, ya cuando venía, siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí. Hay una ligazón muy grande», destacó el Pontífice, subrayando la conexión personal que siente con este sagrado lugar.
La Basílica Papal de Santa María la Mayor, que se encuentra en la cima del monte Esquilino y ha dominado el paisaje romano durante más de 16 siglos, no solo es un lugar de gran relevancia religiosa, sino que también alberga la historia de la ciudad. Según la tradición, la Virgen se le apareció en sueños al patricio Juan y al Papa Liberio, pidiéndoles la construcción de una iglesia en su honor en el lugar que indicaría milagrosamente. Todos los años, el 5 de agosto, se conmemora el Milagro de la Nieve con una celebración solemne, durante la cual una lluvia de pétalos blancos desciende del techo.
La Basílica también es el lugar de descanso de siete Papas y alberga el icono mariano más significativo, la Salus Populi Romani. Entre sus tesoros, se encuentran reliquias como la Sagrada Cuna, que representa el pesebre del Niño Jesús, así como los restos de figuras tan importantes como San Matías y San Jerónimo. Además, la tumba del famoso arquitecto Gian Lorenzo Bernini también descansa en este sagrado espacio.
El Papa Francisco ha manifestado su vínculo especial con la basílica no solo a través de sus palabras, sino también mediante su práctica; al día siguiente de ser elegido, se dirigió a ella para rezar, y ha continuado visitando la basílica tanto antes como después de cada uno de sus viajes apostólicos. Su deseo de ser enterrado allí resuena como un símbolo de su profunda fe y conexión con la tradición católica.
