El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, admitió el fracaso de las negociaciones para aprobar los presupuestos generales del Estado antes de fin de año, tras una reunión de la comisión mixta conformada por senadores y diputados que no duró más que unos minutos. Esta situación dejó a su gobierno sin opciones para mantener el calendario legislativo previsto para 2026, obligándolo a considerar una prórroga parcial de los presupuestos actuales para evitar un vacío fiscal.
Lecornu expresó su preocupación en redes sociales, lamentando que los ciudadanos franceses no merecen enfrentar las consecuencias de la falta de acuerdo entre ciertos grupos políticos. La comisión, que intentaba mediar entre una Asamblea Nacional opuesta al proyecto gubernamental y un Senado de mayoría centroderechista que sí lo apoyó, evidenció diferencias irreconciliables que llevaron a la inacción. Ante este panorama, el primer ministro se prepara para convocar a líderes políticos en busca de soluciones.
Las alternativas que se perfilan para el Ejecutivo son limitadas. Lecornu podría optar por legislar sin el voto parlamentario, un camino arriesgado que podría resultar en su destitución, o bien legislar por decreto, algo poco usual en Francia. La opción más plausible parece ser la adopción de una ley transitoria que prorrogue las cuentas de 2025, mientras se reabren las negociaciones para un nuevo presupuesto en los meses venideros, coincidiendo con la campaña para las elecciones municipales de marzo.
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