Francia ha logrado importantes avances en sus relaciones exteriores, particularmente con Marruecos, durante la visita del presidente Emmanuel Macron a Rabat, que se espera culmine con acuerdos valorados en hasta 10.000 millones de euros. Este fortalecimiento de las relaciones bilaterales llega después de un período de tensiones iniciado en 2021 con la revelación del uso del software espía Pegasus contra Macron y su gobierno, y se ve como una victoria diplomática y comercial para Francia.
Durante la visita de 48 horas, se anunciaron una serie de acuerdos y proyectos destacados, como la extensión del tren de alta velocidad entre Kenitra y Marrakech, a cargo de la empresa francesa Egis, con trenes fabricados por Alstom. Este proyecto significa una importante pérdida para España, que tenía aspiraciones de liderar esta obra. A pesar de esta decepción, empresas españolas como CAF y Talgo tendrán que conformarse con lo que resta del proyecto ferroviario, en competencia con sus rivales franceses y otros internacionales.
Macron y el rey Mohamed VI han superado sus discrepancias anteriores, incluidas las difíciles circunstancias que siguieron al devastador terremoto en el Atlas en 2023. Un giro notable en la relación fue la aceptación por parte de Francia de la propuesta marroquí sobre la soberanía del Sáhara Occidental, una postura que Francia había respaldado inicialmente en 2007 y que ahora refuerza con mayor vigor, comprometiéndose a apoyar a Marruecos en foros internacionales.
A pesar de que algunos anuncios esperados, como la apertura de un consulado francés en Dajla o la creación de una nueva ciudad en La Güera, no se materializaron, las cesiones de Francia abren la puerta a especulaciones sobre las futuras relaciones bilaterales con otros países, especialmente España. Los analistas advierten que Rabat podría aumentar su presión sobre Madrid para que siga los pasos de Francia.
La relación reforzada entre Francia y Marruecos no solo tiene implicaciones diplomáticas sino también económicas sustanciales. Contratos multimillonarios en sectores como el ferroviario, el energético y el de infraestructuras subrayan la importancia estratégica de Marruecos para Francia. Además de la extensión del tren de alta velocidad, se firmaron contratos en sectores desde la energía verde hasta la ampliación de infraestructuras portuarias.
Los esfuerzos diplomáticos de Macron en Marruecos, que incluyeron la presencia de una importante delegación francesa, señalan un momento crucial en las relaciones franco-marroquíes. Sin embargo, las críticas y las preocupaciones sobre la salud del rey Mohamed VI, así como el resurgimiento del escándalo de espionaje Pegasus, indican que los desafíos persisten.
Este fortalecimiento de lazos entre Francia y Marruecos, con sus implicancias para la geopolítica regional, la competencia económica internacional, y las relaciones bilaterales con otros países, particularmente España, marcará un importante precedente en la política exterior y la diplomacia en la región del Magreb.