La administración Biden ha marcado un nuevo rumbo en la regulación de la investigación biológica, enfrentando un problema que ha suscitado preocupación en los ámbitos científico y político: la investigación de ganancia de función en patógenos peligrosos. Mediante una reciente orden ejecutiva, se establece un marco más riguroso que busca proteger la seguridad nacional y la salud pública ante los peligros asociados con este tipo de investigaciones.
El propósito fundamental de esta orden es poner fin a la financiación federal de investigaciones de ganancia de función que se llevan a cabo en el extranjero, especialmente en países como China, donde la supervisión es limitada. La administración reconoce el potencial devastador de este tipo de investigación, que puede desencadenar brotes mortales y socavar el sistema de salud pública de Estados Unidos. La falta de controles adecuados en el pasado, bajo administraciones anteriores, ha permitido que fondos públicos sean dirigidos a proyectos sin las debidas medidas de seguridad, complicando aún más la gestión de amenazas biológicas.
Para abordar estos retos, la nueva política establece una serie de medidas concretas. En primer lugar, se instruye a la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología a desarrollar directrices para suspender la financiación de investigaciones consideradas de alto riesgo. Esta acción no solo está limitada a proyectos en el extranjero, sino que también se extiende a aquellos que, aunque sean realizados dentro del país, presenten riesgos significativos para la seguridad pública.
Además, la orden exige una revisión y actualización de las políticas existentes para reforzar la responsabilidad y aumentar la transparencia de las investigaciones que reciben fondos federales. Este enfoque incluye la implementación de auditorías y mecanismos de cumplimiento que aseguren que los fondos se utilicen de manera que no comprometan la seguridad nacional.
Otro aspecto destacado es la gestión de la investigación financiada de manera no federal. El gobierno deberá desarrollar estrategias que permitan monitorear y limitar la investigación de ganancia de función que se realice sin el respaldo de fondos federales, con el fin de prevenir consecuencias sociales significativas asociadas a tales prácticas.
Esta acción refleja una creciente preocupación por las implicaciones de las investigaciones biológicas y su potencial para causar daños colaterales en un mundo cada vez más globalizado. La administration es consciente de que garantizar la seguridad en el ámbito de la investigación biológica es crucial no solo para la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses, sino también para el mantenimiento de la estabilidad económica y la seguridad nacional.
El futuro de la investigación biológica en Estados Unidos queda por verse, pero queda claro que la administración está dispuesta a tomar medidas decisivas para garantizar que la ciencia no solo avance en el ámbito de la biotecnología y la salud, sino que también lo haga de manera responsable y segura. Las próximas semanas y meses serán cruciales para determinar la efectividad de estas nuevas políticas y cómo impactarán el panorama de la investigación biológica en el país.
Fuente: WhiteHouse.gov