Fortaleciendo la Prevención y Respuesta a Incendios Forestales a Través del Sentido Común

La tragedia de los incendios forestales que azotaron Los Ángeles en enero de 2025 ha puesto de manifiesto la ineficacia de muchos gobiernos estatales y locales para responder rápidamente a desastres de tal magnitud. En un esfuerzo por abordar estos problemas, la administración federal ha dado a conocer una orden ejecutiva que busca fortalecer la prevención y respuesta a incendios forestales, promoviendo un enfoque más coherente y efectivo en la gestión del territorio.

El presidente de Estados Unidos ha señalado que la combinación de una respuesta lenta y una falta de preparación adecuada han contribuido a las catástrofes incendiarias que amenazan diversas regiones del país. En consecuencia, la nueva estrategia se basa en la idea de que el gobierno federal puede proporcionar a los líderes estatales y locales las herramientas necesarias para hacer frente a estos retos, simplificando los recursos y capacidades federales relacionados con los incendios.

La orden establece varias secciones clave. En primer lugar, se ordena a los secretarios del Interior y de Agricultura que, en un plazo de 90 días, consoliden sus programas de incendios forestales para asegurar un uso más eficiente de los recursos. Esto incluye la coordinación de oficinas, cuerpos de coordinación y procesos de adquisición, con el objetivo de minimizar la burocracia que ha dificultado históricamente la respuesta efectiva.

Adicionalmente, la administración busca empoderar a las comunidades locales mediante la creación de asociaciones y acuerdos que promuevan prácticas de gestión de terrenos que reduzcan el riesgo de incendios. Se reconocerá la importancia de la tecnología, con el desarrollo de un mapa tecnológico que contemple el uso de inteligencia artificial y modelos de mapeo innovadores para optimizar las capacidades de respuesta ante incendios.

El fortalecimiento de la mitigación de incendios también es un aspecto prioritario. Se ha dado instrucciones a la Agencia de Protección Ambiental para que revise las regulaciones que podrían estar impidiendo el uso adecuado de quemas controladas y retardantes, así como a los responsables de Agricultura que exploren alternativas para reducir la carga de combustible en áreas propensas a incendios. Estas medidas son vistas no solo como una respuesta inmediata, sino como una inversión en la salud a largo plazo de los ecosistemas afectados.

Además, se busca modernizar las prácticas de prevención y respuesta mediante la evaluación de las reglas existentes que obstaculizan estas acciones. Se destaca la intención de introducir métricas de rendimiento que faciliten la mejora continua de las operaciones de respuesta a incendios, siguiendo un enfoque proactivo y orientado a resultados.

La orden está diseñada para ser implementada en un marco legal, asegurando que las acciones propuestas no violen las normativas existentes y se realicen con la debida disponibilidad de recursos. El presidente ha confirmado que este esfuerzo no solo abordará la crisis de los incendios forestales, sino que también se pretende sentar un precedente sobre cómo se pueden manejar misiones federales en colaboración con entidades estatales y locales.

La combinación de tecnología, asociaciones estratégicas y un marco regulativo más flexible se posiciona como un cambio necesario para salvar vidas y proteger comunidades en el futuro, marcando un nuevo horizonte en la gestión de incendios en Estados Unidos.

Fuente: WhiteHouse.gov

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