Cuatro años han pasado desde que Fito Cabrales, el enérgico líder de ‘Fito y los Fitipaldis’, puso un pie por última vez en el plató de La revuelta. En esta ocasión, el artista bilbaíno regresó para compartir su renovada energía y promocionar su nuevo álbum, El monte de los aullidos, que estará disponible a partir del 24 de octubre. Con casi cuatro décadas de trayectoria musical a sus espaldas, Fito no solo trajo su música, sino también una calidez genuina que cautivó tanto al público como al presentador David Broncano.
Desde su llegada al programa, el músico expresó su deseo de «devolver todo el cariño que hemos recibido durante el disco y la grabación», un sentimiento que muchos artistas comparten, pero que pocos logran transmitir con tanta autenticidad. En un gesto significativo, le regaló a Broncano una guitarra eléctrica firmada por su equipo, un símbolo de gratitud que dejó entrever la conexión profunda que siente con su trabajo y su tribu musical.
La conversación tomó un giro inesperado cuando los dos comenzaron a charlar sobre el ejercicio físico. Fito, a sus 59 años, ha dejado atrás viejos hábitos y se ha embarcado en un nuevo camino, el del entrenamiento en gimnasio. «Es un momento de transformación», compartió con una sonrisa, reflejando una esencia genuina de cambio y evolución que no solo se limita a su carrera, sino que abarca su vida personal.
A medida que la charla avanzaba, el músico se mostró cómodo al abordar una de las preguntas clásicas del programa, aunque con un toque de humor y autenticidad. «De dinero no. Yo soy de una generación que nos da vergüenza… no lo voy a decir porque me da como… [pudor]», afirmó, haciendo reír a todos en el plató. En lugar de seguir el guion establecido, propuso un matiz para una de las preguntas sobre relaciones: «¿Por qué no preguntar sobre tu mejor momento?», abriendo una puerta a conversaciones mucho más profundas y sinceras.
Fito no solo se limitó a hablar de su vida personal, sino que también aprovechó la ocasión para recordar sus inicios. «Cuando conocí a mi mujer, quizás hace 22 años, era para abrir la persiana y ver si era de día», compartió, generando risas en el estudio. Su humor y la naturalidad con la que aborda la vida hacen que su historia resuene de una manera especial, conectando con quienes lo escuchan.
Así, en este regreso triunfal, Fito Cabrales se reafirma no solo como un ícono del rock español, sino como un ser humano sincero que se abre al mundo con un corazón lleno de gratitud y una historia lista para ser contada. Su nuevo álbum promete más que solo melodías; se presenta como un capítulo más de una vida dedicada al arte y a las conexiones humanas.