El entrenador del Caserío, Santi Urdiales, manifestó su satisfacción tras concluir el año con un triunfo destacado ante Triana, resaltando la madurez y las rotaciones del equipo como claves de su éxito. Este resultado positivo no solo significa cerrar el año en casa con una victoria, sino también refleja el trabajo duro y la constancia del equipo a lo largo de la temporada, aspectos que Urdiales considera fundamentales para seguir adelante con optimismo.
El encuentro contra Triana se presentó como una oportunidad para que el Caserío demostrara su capacidad de adaptación y superación. A lo largo del partido, el equipo mostró una excelente coordinación y un espíritu de lucha inquebrantable, elementos que, según el entrenador, han sido decisivos para alcanzar el triunfo. La madurez del equipo se vio reflejada en cómo supieron manejar los momentos de presión y usarlos a su favor, demostrando que están preparados para enfrentar los retos que vendrán en el futuro.
Esta victoria representa más que un simple triunfo; es un testimonio del crecimiento del equipo y de su firme objetivo de superar cada desafío que se presente. Santi Urdiales, con una mezcla de humildad y confianza, destaca que este logro es el resultado de un esfuerzo colectivo y de la capacidad de sus jugadores para trabajar unidos hacia un mismo objetivo. Con este espíritu, el Caserío se prepara para lo que viene, consciente de que el camino es largo pero dispuesto a continuar trabajando con la misma intensidad y compromiso.