Durante el último fin de semana, las carreteras de Castilla-La Mancha han sido escenario de cuatro accidentes de tráfico, que han dejado un saldo de cuatro personas heridas; una de ellas de gravedad y las restantes con lesiones leves. La Delegación del Gobierno en la región ha proporcionado los datos que detallan la distribución y consecuencias de los siniestros en las distintas provincias.
Los accidentes ocurrieron de manera aislada en tres de las cinco provincias de la comunidad autónoma. Concretamente, la provincia de Albacete registró dos incidentes que resultaron en dos heridos leves. Por otro lado, la provincia de Cuenca fue el lugar donde ocurrió un accidente de mayor seriedad, dejando a una persona gravemente herida. En la provincia de Toledo también se reportó un accidente que causó una herida leve. Notablemente, las provincias de Ciudad Real y Guadalajara no presentaron siniestros durante el periodo reportado.
Además del reporte de los accidentes, la Delegación del Gobierno ha proporcionado información sobre los controles de alcoholemia llevados a cabo en la región. Un total de 4.936 pruebas fueron realizadas, de las cuales 34 resultaron positivas. Del segmento de conductores jóvenes menores de 25 años, se registraron solo tres casos positivos.
El desglose por provincias de los controles de alcoholemia muestra que en Albacete se efectuaron 1.212 pruebas con seis resultados positivos y ninguno correspondiente a menores de 25 años. En Ciudad Real, de 1.390 pruebas realizadas, cuatro fueron positivas, incluyendo dos casos de menores de 25 años. Cuenca tuvo 343 pruebas con seis positivas, sin incidencias en menores de 25 años.
Por su parte, en Guadalajara se aplicaron 892 pruebas y se detectaron nueve casos positivos, con uno de ellos correspondiente a un menor de 25 años. Finalmente, en Toledo se llevó a cabo un total de 1.099 pruebas, resultando nueve de ellas en positivo, sin casos en jóvenes menores de 25 años.
Este balance del fin de semana resalta la continua necesidad de campañas de concienciación y controles para garantizar la seguridad vial y reducir la incidencia de accidentes y conductas de riesgo como la conducción bajo los efectos del alcohol en la comunidad de Castilla-La Mancha.