La dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha comunicado que no contempla la adopción de medidas disciplinarias en contra de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha y secretario general del PSOE en la comunidad autónoma, a pesar de las críticas vertidas por este último en relación con la postura del partido y la Ley de Amnistía acordada con partidos independentistas.
Fuentes internas del PSOE, con sede en Ferraz, indicaron a Europa Press que no se abrirá expediente a Page. Dicha determinación llega tras una serie de comentarios que han intensificado la tensión entre el líder regional y la dirigencia socialista. García-Page, conocido por su postura contraria a la Amnistía y a los acuerdos con el independentismo catalán y vasco, dio un paso al frente al comentar que el PSOE se encontraba «en el extrarradio de la Constitución, a punto de pisar la frontera constitucional». Estas declaraciones surgieron tras la decisión del Gobierno de delimitar los delitos de terrorismo que quedan fuera de la Ley de Amnistía, argumentando que «no hay terrorismo bueno y malo».
El enfrentamiento se agravó con la pronta respuesta de la cúspide socialista. Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, utilizó sus redes sociales para recordar que «Todo terrorismo es malo, García Page», agregando que la mayoría entiende el concepto de terrorismo y sugiriendo que Page también debería comprenderlo.
Por otro lado, en un intercambio informal con presidentes autonómicos del Partido Popular (PP) durante la Feria Internacional de Turismo (Fitur), García-Page expresó sentirse como si estuviera al borde de la extradición por sus críticas, a lo que Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, respondió bromeando sobre la posibilidad de recibir amnistía a posteriori. Page también compartió que está enfrentando un sufrimiento inimaginable y denunció lo que considera una expulsión sistemática del PSOE a quienes muestran oposición interna.
Recordemos que el PSOE ha excluido en tiempos recientes a figuras como Joaquín Leguina, expresidente de la Comunidad de Madrid, y Nicolás Redondo Terreros, exsecretario general del PSOE de Euskadi, por conductas y declaraciones percibidas como perjudiciales para el partido.
En un día posterior a las palabras de García-Page, María Jesús Montero, vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, rechazó sus afirmaciones, sugiriendo que no reflejaban la realidad y apuntando a que debería reconsiderar su enfoque. A pesar del aumento en el tono del discurso por parte del PSOE, no se ha tomado la decisión de iniciar un proceso disciplinario en contra del mandatario castellano-manchego, que ostenta la posición de ser el único presidente autonómico del PSOE con mayoría absoluta.
Varios ministros socialistas, incluidos Óscar Puente (Transportes y Movilidad Sostenible) y Ana Redondo (Igualdad), así como Fernando Grande-Marlaska (Interior), han expresado su censura hacia las declaraciones de Page. Puente le situó en el «extrarradio» del partido, mientras que Grande-Marlaska aseguró que el PSOE siempre ha apoyado la Constitución, sugiriendo que Page desconocía la historia del socialismo español.