En declaraciones a Europa Press, la delegada del Gobierno de Castilla-La Mancha en la provincia de Ciudad Real y destacada dirigente del PSOE en la región, Blanca Fernández, ha elogiado el «valor político» y la postura disidente en ciertos temas del presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, con respecto a la dirección del PSOE nacional y su gestión de la cuestión catalana.
Fernández ha destacado que, aunque esta independencia de criterio podría suponer «problemas» para García-Page a nivel personal, a nivel electoral se traduce en «mayorías absolutas» para el PSOE en la comunidad autónoma. No obstante, ha sido clara en señalar que el presidente regional no lograría ganar elecciones en Castilla-La Mancha sin el respaldo de la formación socialista.
La dirigente socialista ha subrayado que es el perfil político de García-Page lo que ha llevado al PSOE a la victoria en la región, reconociendo que «dice lo que piensa» con sus «defectos y virtudes». A su juicio, la receptividad del voto de centro y de derecha hacia el PSOE castellano-manchego se debe a la percepción de García-Page como defensor de los intereses regionales.
Fernández ha extendido su análisis a anteriores triunfos electorales dentro del PSOE regional, mencionando a José Bono y José María Barreda, y resaltando la imprescindible base socialista que hizo posible sus victorias, más allá de sus personalidades individuales.
Respecto a las diferencias de opinión de García-Page con el liderazgo nacional del partido, la delegada ha opinado que esto no debe repercutir en las relaciones entre los gobiernos de España y de Castilla-La Mancha, ya que ambos comparten el objetivo de «defender los intereses de la ciudadanía».
En este sentido, se ha mostrado «convencida» de que los ministros del Gobierno de Pedro Sánchez asumirán su «responsabilidad» y que estas discrepancias no irán más allá de «choques dialécticos». Como ejemplo de cooperación institucional, ha mencionado el proyecto de la Tubería Manchega, que ha sido presupuestado con 91 millones de euros por el Estado, a diferencia de lo sucedido anteriormente bajo el gobierno del PP, cuando la obra fue paralizada durante siete años.
Fernández ha concluido afirmando este caso como muestra de cómo los socialistas priorizan sus «obligaciones y responsabilidades» a pesar de las diferencias internas.