Federico Martín Bahamontes: El Pionero del Deporte Español Destaca como Gran Héroe

(Federico Martín Bahamontes, el primer gran héroe del deporte español

Federico Martín Bahamontes: la leyenda del deporte español

En el año 1959, mientras España comenzaba a recuperarse de los estragos causados por la Guerra Civil, el Real Madrid alzaba su cuarta Copa de Europa consecutiva. Sin embargo, otro acontecimiento captaría la atención de todo el país y se convertiría en una leyenda del deporte español. Federico Martín Bahamontes, nacido el 9 de julio de 1928 en Santo Domingo-Caudilla, Toledo, se consagraría como el primer ícono deportivo de España.

A pesar de haber sido llamado Alejandro al nacer, fue su tío Federico quien decidió que pasaría a la historia con su nombre. Inicialmente dedicado a la carpintería, su verdadera pasión por el ciclismo comenzó a forjarse en el taller de bicicletas del ciclista Moisés Alonso. En una época de dificultades económicas, Bahamontes encontró en la bicicleta una fuente de ingresos, combinando su pasión por el ciclismo con el contrabando de mercancías en largas distancias.

Los primeros éxitos de Bahamontes llegaron a finales de la década de 1940, cuando ganó la Vuelta a Ávila, proclamándose vencedor en la clasificación general y como mejor escalador. Paso a paso, se estableció como ciclista profesional en 1954, debutando en la ronda que lo llevaría a la gloria: el Tour de Francia.

Durante el Tour, Bahamontes se ganó la fama de excéntrico cuando, en la 17ª etapa, sufrió una avería en su bicicleta mientras tenía más de dos minutos de ventaja sobre sus rivales en la cima de La Romèyre. Aprovechando la espera, pidió un helado al tendero, solicitando «con dos bolas». Este incidente le valió el sobrenombre de ‘El Águila de Toledo’, haciendo referencia al escudo de su ciudad natal.

Su rivalidad con Jesús Loroño, otro destacado ciclista español, comenzó a ser evidente en la Vuelta a España de 1957. Aunque Loroño ganó la carrera, Bahamontes se llevó la clasificación de la montaña, un logro que repetiría en la Vuelta a España de 1958 y en el Tour de Francia.

Un momento crucial en la carrera de Bahamontes ocurrió durante una partida de caza con el legendario ciclista Fausto Coppi, quien lo convenció de no conformarse solo con las pruebas de montaña y le dio la confianza para luchar por el triunfo general en el Tour de Francia. En 1959, vistiendo los colores del equipo Tricofilina-Coppi, Bahamontes disputó el Tour, abandonando la carrera pero dejando una semilla plantada.

El Tour se corría por equipos nacionales en ese entonces, y en 1959 Bahamontes tuvo que enfrentarse a otro escándalo. El seleccionador Dalmacio Langarica eligió a Bahamontes y a Antonio Suárez como jefes de filas, lo que provocó la renuncia de Loroño y su posterior sanción. Bahamontes se mantuvo sólido en las etapas llanas y luego demostró sus habilidades en la montaña, obteniendo el liderazgo en los Alpes.

Finalmente, Bahamontes se convirtió en el primer español en ganar el Tour de Francia, superando a los franceses Henry Anglade y Jacques Anquetil. Este logro fue un hito para España, un país poco acostumbrado a los éxitos deportivos internacionales. A su regreso a Toledo, fue recibido como un héroe y aclamado por una multitud entusiasta.

A lo largo de su carrera, Bahamontes alcanzó grandes logros, siendo segundo en el Tour de Francia de 1963 y tercero en el Tour de 1964. Se retiró en 1965, dejando un legado de 11 victorias de etapa en grandes vueltas y nueve premios de la montaña, seis de ellos en el Tour de Francia.

Después de su retiro, Bahamontes se hizo cargo de su tienda de bicicletas y promovió la organización de la Vuelta a Toledo. Su hazaña inspiró a futuros ciclistas españoles como Luis Ocaña, Pedro Delgado, Miguel Indurain, Óscar Pereiro, Alberto Contador y Carlos Sastre, quienes se convirtieron en campeones del Tour de Francia. Incluso, en el centenario del Tour, Bahamontes fue reconocido como el mejor escalador en la historia de la competencia.

Federico Martín Bahamontes, ‘El Águila de Toledo’, fue un verdadero pionero del ciclismo español y un símbolo de superación y perseverancia. Su legado perdura en la memoria de todos los amantes del deporte en España.

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