La LXIII edición de la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha (Farcama) ha llegado a su fin, habiendo atraído a más de 40.000 visitantes. Sin embargo, esta edición se vio marcada por las inclemencias meteorológicas que impactaron significativamente su programación. Las fuertes lluvias del sábado, sumadas a un aviso amarillo que provocó el cierre de los parques públicos en Toledo, incluido el Jardín de la Vega donde se lleva a cabo la feria, obligaron a reducir su duración y a retrasar un día el acto de apertura institucional.
A pesar de estos contratiempos, más de 40.000 personas recorrieron los 152 estands de exposición y venta directa de artesanos y artesanas presentes en esta edición de Farcama. Este año, la feria se desarrolló durante dos días menos que el año anterior; el cierre temporal por el aviso amarillo y la coincidencia del festivo del 12 de octubre con el fin de semana, en contraste con el año pasado cuando se celebró un jueves, condicionaron la asistencia.
El último día de la feria fue el de mayor afluencia, con cerca de 20.000 visitantes registrándose el domingo. En cuanto a los otros días, el jueves, día de apertura, atrajo a 4.300 visitantes; el viernes se superaron los 7.600, convirtiéndolo en el segundo día más concurrido; mientras que el sábado, a pesar de las incesantes lluvias, más de 3.500 personas visitaron los estands.
El volumen de negocio estimado durante la feria, que incluye los tickets recogidos para el sorteo de artesanía, los puestos agroalimentarios y los servicios de restauración, ha alcanzado aproximadamente los 300.000 euros.