La fanega, la libra, la vara y la arroba vuelven a la vida en el Museo de Pesos y Medidas de Herreruela de Oropesa (Toledo), un centro único en España dedicado a la exposición y el estudio, entre otras, de las medidas de longitud, peso y superficie utilizadas durante siglos en España antes de la llegada del Sistema Métrico Internacional.
En este museo, las balanzas se entremezclan con romanas y tinajas, junto a otros muchos objetos, para rememorar estas medidas y descubrir cómo se puede estudiar la historia de la humanidad a través de ellas.
Así lo ha explicado a Europa Press el creador de este museo, José Castaño, detallando que la medida, «por definición, es muy conservadora». «Cuando ya sabemos medir no queremos cambiar», ha comentado.
Sin embargo, el auge del comercio en los siglos pasados ha sido el motor que ha movido los cambios en la medición, ya que «condiciona la humanidad» y gracias a su fuerza las medidas han ido cambiando con el paso del tiempo para adaptarse a sus exigencias.
Cada uno de los periodos históricos de España ha ido dejando su impronta con sus propias medidas, que en los tiempos anteriores al sistema métrico eran básicamente una mezcla de las primeras medidas llegadas a la península, las romanas, con las traídas por los árabes, con algunas adiciones puntuales dejadas por los visigodos.
De ese «conglomerado» fueron surgiendo las medidas típicas de España, que en líneas generales eran las mismas en todos los lugares aunque con ligeras adaptaciones en su magnitud. Así, la fanega y el celemín eran unidades típicas para la medición del grano, mientras que el peso estaba regido por la libra y la arroba y la longitud por la vara, que constaba de tres pies. Sin embargo, también irían surgiendo otras medidas menos extendidas, como es el caso de la caballería, una unidad de medida superficial de la tierra.
También había otras medidas menos extendidas y más curiosas, como es el caso de la pierna, utilizada para la confección de las sábanas. Esta medida tomó su nombre, detalla Castaño, ya que las telas salían «muy estrechitas» de los telares y para hacer una sábana para una cama de matrimonio debían coserse varias. Así, había sábanas de dos, tres y hasta cuatro piernas.
Pero, además de todo ello, una de las curiosidades de todas estas unidades es que algunas de ellas se siguen utilizando a día de hoy. Por ejemplo, José Castaño cita la libra, que se sigue usando en la localidad extremeña de Zafra para pesar a los cerdos, o también para la compra del corcho, que en la zona de Herreruela se sigue midiendo por quintales de cuatro arrobas.
Con todo ello, al margen del comercio, Castaño ha recordado que cualquier persona sigue utilizando algunas de estas medidas en su día a día, por ejemplo «cuando decimos que un niño ha crecido dos palmos».
AYUDA PARA EL MUSEO
Castaño ha finalizado pidiendo la ayuda de las instituciones para dinamizar el museo, ya que es «el único que hay en España de pesos y medidas», para así «poder presentar al pueblo español una historia de la medida tradicional, que está por hacer, y por supuesto hay muchísimo que investigar».
Asimismo, ha puesto el foco en que las universidades no estudian ya estas medidas tradicionales sino únicamente las posteriores al Sistema Métrico Internacional, por lo que el campo de investigación es aún mucho más extenso.