Familias vulnerables de los pueblos de la provincia de Toledo, que cuentan con una población de hasta 9.000 habitantes, ya pueden acceder a ayudas para cubrir diversos gastos esenciales como el alquiler, material escolar, higiene, ropa o suministros. Esta iniciativa es parte del ‘Proyecto San José’, un programa impulsado por la Diputación de Toledo en colaboración con Cáritas Diocesana.
Este lunes, en una rueda de prensa, el vicepresidente de Bienestar Social, Familia y Juventud de la Diputación, Daniel Arias, junto con la secretaria general de Cáritas Diocesana de Toledo, Mónica Moreno, y el director de la misma institución, José Luis González, explicaron los detalles del programa. En la edición de 2025 se ha ampliado el rango de las localidades beneficiarias, que anteriormente eran solo aquellos municipios de hasta 6.000 habitantes, ahora incluyendo hasta 9.000.
La Diputación ha aumentado la inversión destinada al programa, pasando de 300.000 euros el año anterior a 400.000 euros este año. Arias destacó el notable trabajo realizado por Cáritas en la edición pasada, que superó las expectativas al alcanzar a más familias, y subrayó que ‘Proyecto San José’ está enfocado en atender las necesidades de estas familias sin la intención de ampliarlo a otros colectivos en un futuro próximo.
Hasta finales de marzo de 2025, se han otorgado 256 ayudas por más de 60.000 euros. Estas ayudas están destinadas a familias en riesgo de vulnerabilidad, en especial aquellas con menores a cargo que enfrentan dificultades económicas y que pueden no recibir asistencia de otras administraciones. Cada caso es evaluado de manera personalizada, considerando la situación específica de cada familia.
El procedimiento para acceder a las ayudas incluye el envío de un importe monetario a las familias mediante transferencia bancaria, permitiendo que utilicen los fondos para cubrir necesidades principales. Además, es imprescindible que las compras se realicen en comercios locales, lo que también promueve el comercio de la zona.
González, director de Cáritas, enfatizó que este programa no tiene un enfoque asistencial exclusivo, sino que busca crear vías de apoyo, subrayando que cada familia representa historias concretas en lugar de solo números. En la pasada edición, que transcurrió del 5 de agosto al 31 de diciembre, se beneficiaron 183 municipios, alcanzando a 2.417 personas y 738 familias, con un gasto total de más de 178.000 euros en ayudas.
En su intervención, el director de Cáritas también manifestó que para la implementación del programa se solicita toda la documentación necesaria para ofrecer un servicio efectivo, pero aclaró que no se requerirá información como la partida de bautismo, enfatizando que la iniciativa está abierta a todos, sin distinción de raza, género u orientación sexual. Según González, “todas las personas tienen cabida” en este programa, subrayando que el objetivo es no dejar atrás a nadie que realmente lo necesite.
Por último, se resaltó la colaboración con los servicios sociales de los ayuntamientos, lo que ha permitido llegar a lugares y comunidades que antes era complicado atender. Para facilitar esta labor, Cáritas ha incrementado sus recursos humanos y materiales, sumando más trabajadores, vehículos y personal en el control presupuestario, con el fin de optimizar el proceso de ayuda.