Jean-Marie Le Pen, el emblemático y controvertido líder de la extrema derecha francesa y fundador del Frente Nacional, falleció a la edad de 96 años. Su deceso se produjo en un centro sanitario de Garches, en el oeste de París, tras varias semanas de hospitalización. Su salud venía siendo delicada desde hace meses, situación que lo llevó a ser hospitalizado desde principios de noviembre debido a resultados preocupantes en sus análisis médicos.
Jordan Bardella, actual presidente de la Agrupación Nacional —nombre adoptado por el partido en 2018—, anunció la noticia de su muerte y le rindió homenaje a través de su cuenta en la red social X, alabando a Le Pen por haber «servido siempre a Francia, defendido su identidad y su soberanía». Este comentario refleja el profundo impacto y la huella duradera que Le Pen ha dejado en la política francesa, aunque no exenta de controversias.
Marine Le Pen, hija de Jean-Marie y su sucesora al frente del movimiento político que él fundó, fue sorprendida por la noticia mientras regresaba a París desde el archipiélago de Mayotte. La noticia le fue comunicada por periodistas que viajaban con ella, destacando el impacto súbito de la pérdida.
Jean-Marie Le Pen tuvo una longeva y polémica carrera política. Desde su escaño como el diputado más joven de Francia a los 27 años hasta su enlistamiento voluntario en la guerra colonial de Argelia, su figura estuvo envuelta en la polémica, incluidas acusaciones de prácticas de tortura. A pesar de sus desafíos de salud y la ruptura política con su hija Marine, Le Pen mantuvo una presencia en la política francesa, marcada especialmente por su paso a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en 2002, un logro histórico para él y su partido.
Sin embargo, su carrera también estuvo manchada por declaraciones y posiciones polémicas, incluidas sus opiniones antisemitas y negacionistas del Holocausto, que le valieron la expulsión del partido que él mismo fundó. Esta serie de controversias y su aparente distanciamiento de Marine Le Pen marcaron los últimos años de su vida pública.
A pesar de ello, el mayor logro atribuido a Le Pen fue posicionar la inmigración como un tema central en la agenda política francesa, influenciando debates nacionales tanto desde su escaño en la Asamblea Nacional como en el Parlamento Europeo. El segundo lugar que logró en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2002 generó un «terremoto político» en Francia, con amplias movilizaciones en las calles contra sus ideas.
La muerte de Jean-Marie Le Pen cierra un capítulo importante en la historia política de Francia, dejando un legado complejo y divisivo. Su influencia en la política francesa, tanto en la normalización de ciertas posturas como en la generación de repudio y movilización contra la ultraderecha, será recordada como un momento definitorio en la historia contemporánea de Francia.