Albacete rinde homenaje al gran artista de Barrax, Benjamín Palencia. Y hasta el próximo 2 de octubre, la fachada del Palacio de la Diputación luce la segunda de las actividades puestas en marcha por la institución provincial.
Conmemoración del 40º aniversario de la muerte de Benjamin Palencia
Como ha recordado, Santi Cabañero, presidente de la Diputación de Albacete, esta es una exposición “en homenaje al pintor Benjamín Palencia en el marco de la conmemoración, el pasado año, del 40º aniversario de la muerte del genial pintor de Barrax (pero que, debido a las restricciones sanitarias derivadas de la lucha contra la pandemia de la COVID-19, no pudieron celebrarse en 2020 como inicialmente se había previsto)”.
Se trata de la Exposición ‘Benjamín Palencia en el Museo de Albacete’. Dieciséis lonas para exterior que muestran reproducciones en dicho formato de algunas de las obras más representativas de la rica y dilatada trayectoria pictórica del artista y que forman parte de la colección permanente (y del archivo con obras de Palencia) que se encuentran (tras la cesión que él mismo hizo de ellas al Estado) en el Museo de Albacete, junto a cuya directora (Rubí Sanz), Cabañero ha tenido ocasión de contemplar esta muestra, acompañado del vicepresidente provincial, Fran Valera y del diputado de Cultura, Miguel Zamora.
Con la colaboración de la Consejería de Educación y Cultura y la JCCM
Esta exposición exterior ha podido llevarse a cabo gracias a la colaboración de la Consejería de Educación y Cultura de la JCCM (como órgano gestor del citado Museo) al posibilitar la realización de estas reproducciones que, tras éste paso por Albacete capital que hoy comienza, recorrerán otras siete localidades de la provincia dentro del Programa de Exposiciones itinerante de la Diputación Provincial de Albacete, ‘Enredarte’, hasta finales de junio de 2022.
Serán Barrax, Tarazona de la Mancha, Villarrobledo, Madrigueras, Caudete, La Roda y Cenizate los municipios que recibirán estas lonas en las mismas fechas en las que disfruten de la gran Exposición ‘Obra sobre papel’ (que también acogerán gracias al impulso de la Diputación, con 46 obras en 43 piezas de la colección familiar que tienen un gran valor en sí mismas porque muestran la faceta menos conocida de Benjamín Palencia: la de dibujante) y cuya ‘primera parada’ se inauguró este 2 de septiembre en el Centro Cultural La Asunción de Albacete.
Lo que desde la Diputación de Albacete, a través de su Servicio de Educación y Cultura, se persigue con esta exposición en formato de lonas de gran tamaño, es precisamente “seguir democratizando la cultura y haciéndola llegar a distintos puntos de la provincia, y despertar en la gente de las siete poblaciones que recorrerá (y de quienes puedan verlas en ellas procedentes de otras) el interés en el ‘tesoro’ inmenso que es, en sí, la gran obra pictórica de Benjamín Palencia con el fin de animar a que sea visitada, en persona, en el Museo de Albacete que el genio barrajeño quiso convertir en ‘el hogar’ en el que recoger buena parte de su trabajo”.
Una exposición que mostrará, ‘a pie de calle’, la esencia del recorrido por la trayectoria pictórica de Benjamín Palencia
De esas 116 obras recogidas en ese espacio, para esta muestra pensada para disfrutarse en plena calle, a pie de gente, se han reproducido las 16 que más ilustran los recorridos en los que se articula la obra expuesta en el Museo: inspiración en los clásicos; el Arte Nuevo; interiores y la figura humana; y la renovación del paisaje.
Así, durante la época de marcada ‘inspiración en los clásicos’, Benjamín Palencia visitó asiduamente en Madrid el Museo del Prado, conociendo la obra de los grandes maestros de la pintura española. Años de formación influenciado por El Greco (en la obra ‘El Encuadernador’) y Zuloaga (‘Dos toreros’), interesándose también por el Impresionismo (‘La Estación del Norte’, 1918).
En paralelo, desarrolló el tema de los niños (‘Niña desnuda’, 1919), prolongándose hasta el final de su trayectoria.
Benjamin Palencia conoció a importantes personajes
Durante la época del ‘Arte Nuevo’, que fue crucial en su vida, gracias a Juan Ramón Jiménez (figura clave y determinante en la educación del pintor junto a López Egónez), Benjamín Palencia fue introducido en las tertulias del Café Nacional y en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a personajes como García Lorca, Dalí, Alberti, Bores y Alberto Sánchez, entre otros.
En 1925 participó en la ‘Exposición de los Artistas Ibéricos’: el nacimiento de la vanguardia plástica española, donde presentó el Bodegón cubista (1925) que supuso una gran ruptura con la obra anterior. Al año siguiente viajó a París donde se vio influenciado por el fauvisme y el surrealismo, (éste último, presente tanto en sus dibujos que, a base de trazos gruesos, reflejan un mundo onírico de fósiles, formas prehistóricas y tauromaquias, como en el ‘Retrato de Alberto’, de 1932).
En esos años, las influencias de Salvador Dalí están patentes en los paisajes que pinta de Altea (‘Altea’, 1927), lugar en el que pasaba ciertas temporadas, creando obras que constituyeron una de las grandes aportaciones de Palencia al arte moderno.
Nacimiento de la Escuela de Vallecas
El nacimiento de la Escuela de Vallecas fundada en torno a 1927, con su amigo el escultor toledano Alberto Sánchez, supuso la implantación de un ‘Arte Nuevo’ en España que se reflejó en el paisaje castellano reconociéndose la estética de la naturaleza agraria. La Guerra Civil española marcó un antes y un después en la evolución pictórica de Palencia, que se refugió en Madrid durante los años de la contienda.
A partir de 1939, Benjamín Palencia, abandonó sus experiencias más vanguardistas, para volver a la representación de la figura humana y del paisaje, intentando continuar con una segunda experiencia de la Escuela de Vallecas hasta 1942 que se produce la ruptura.
Tras la Guerra, comenzó entonces su etapa más influenciada por su afán de plasmar interiores y figura humana con fuerza renovada. El retorno al orden es una manera de volver, desde el punto de vista de la plástica de posguerra, a retomar aquellos temas y técnicas que Palencia trataba en los primeros años de su trayectoria artística como el de la figura humana, presente en sus óleos y en sus dibujos.
Paisajes rurales de empastes pictóricos
Dentro del periodo de ‘la renovación del paisaje’, Benjamín Palencia fue conocido como el pintor que renovó el paisaje en la segunda mitad del siglo XX. Existe una evolución en su forma de representarlo: una primera etapa donde priman los colores fríos, pasando a una segunda (momento de mayor esplendor) que llena de cromatismo intenso y luminoso.
Sus paisajes rurales se caracterizaron por los empastes pictóricos, interesándose el artista por la materia y las texturas gruesas que, a partir de entonces, definieron su obra, aplicando los colores con la espátula, los dedos y hasta raya la superficie pictórica con el mango del pincel.
16 lonas en el Museo Provincial de Albacete
Así, además de las ya mencionadas, completarán estas 16 lonas sobre la esencia de la Exposición de Benjamín Palencia que se puede visitar en el Museo Provincial de Albacete las siguientes obras: ‘Tres figuras (Tauromaquia)’, tinta sobre papel, de 1933; ‘Villar del Pedroso’, óleo sobre de lienzo, de 1930.
‘Figuras’, óleo sobre lienzo, de 1934; ‘Niños de Vallecas’, acuarela sobre papel, de 1940; ‘Autorretrato con paleta’, oleo sobre lienzo, de 1942; ‘La niña de la perdiz’, óleo sobre lienzo, de 1952; ‘Castilla’, óleo sobre lienzo, de 1970; ‘ Tierras rojas’, óleo sobre lienzo, de 1973; ‘Feria de ganado’, óleo sobre lienzo de 1977.