En lo que se perfila como una de las controversias más resonantes en el mundo de la televisión de reality en España, el drama entre Ana Herminia y Javier Mouzo tomó un giro inesperado durante su más reciente aparición en el programa «¡De viernes!». Las acusaciones de Ana Herminia hacia Mouzo por supuesta agresión en «GH Dúo», que inicialmente habían provocado una caída en su reputación, experimentaron un nuevo capítulo debido a las aclaraciones públicas y las disculpas que se sucedieron, revelando la complejidad de los conflictos en este tipo de programas.
Tras acusar a Mouzo de agresión, videos del programa demostraron que los contactos de Mouzo hacia Ana Herminia consistían solamente en «unos suaves toques en la pierna», lo que llevó a la venezolana a pedir disculpas por sus declaraciones anteriores. Esta situación provocó que tanto Ana Herminia como su pareja, Ángel Cristo Jr., se alejaran de la televisión por un tiempo.
No obstante, su reaparición en la escena mediática no tardó, manifestándose en el programa «¡De viernes!», donde Ana Herminia volvió a ofrecer disculpas a Mouzo. Sin embargo, su esposo, Ángel Cristo Jr., intentó minimizar la situación argumentando que su esposa no estaba en un juicio formal sino en un programa televisivo, lo que no pareció suficiente para aplacar las tensiones.
En un giro sorprendente, Cristo Jr. presentó nuevas acusaciones contra Mouzo, alegando la existencia de un video que demostraría una agresión más grave de lo admitido previamente. Esta acción provocó una reacción inmediata por parte del equipo del programa, subrayando el compromiso de no tolerar agresiones y de respetar la integridad de las personas involucradas.
Este incidente no solo atrajo la atención sobre la dinámica de los realities y su impacto en la vida personal de los participantes sino que también generó un debate en torno a la gestión de conflictos en estos programas y la responsabilidad de las emisoras al momento de lidiar con alegatos de agresión.
La polémica reactivó viejas heridas, como la mencionada por Ángel Cristo relacionada con su participación en «Supervivientes», comparando la respuesta del público y de la organización en situaciones de conflicto, lo que contribuyó a la intensificación del debate sobre cómo deberían manejarse estas circunstancias dentro de la industria del entretenimiento.
Este escándalo, lejos de resolverse plenamente, ha dejado abiertas varias preguntas sobre la naturaleza de la realidad televisiva, la edición de contenido para el consumo público, y las líneas éticas que deberían resguardar tanto a participantes como a audiencias en el voraz mundo de la televisión de reality.
