Un atentado con explosivos ocurrido en el sur de Moscú ha dejado un trágico saldo de tres vidas: dos agentes de Tránsito y un civil. Este ataque, ocurrido en la madrugada del miércoles, representa el segundo atentado terrorista en la capital rusa en un lapso de tan solo tres días, lo que ha elevado la preocupación por la seguridad en la ciudad. Según informes, una pareja de policías se acercó a un individuo sospechoso justo antes de que se activara el artefacto explosivo, causando la muerte de los dos agentes y del civil que se encontraba a su lado.
Las autoridades rusas han iniciado una investigación, con el Comité de Instrucción de Rusia al frente, para esclarecer las circunstancias del ataque y determinar la naturaleza del explosivo utilizado, cuya detonación sugiere la posible implicación de un ataque suicida. El presidente de esta entidad ha ordenado la intervención de especialistas para acelerar la identificación de los responsables y asegurar que los detalles técnicos del atentado sean examinados a fondo.
Este atentado se produce apenas días después de la muerte de Fanil Sarvárov, un alto mando del Estado Mayor del Ejército ruso, quien también fue víctima de un ataque con coche bomba en un incidente cercano. El contexto de estos ataques ha generado un clima de inquietud, especialmente de cara a las tensiones existentes en la región y las implicaciones que pueden tener en la seguridad pública.
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