Este lunes ha dado inicio en Bruselas la 22ª edición de la Semana Europea de las Regiones, un evento respaldado por el Comité de las Regiones. En su informe anual, se han destacado varios desafíos que enfrentan las entidades locales del continente, entre los cuales figuran el éxodo rural, la falta de vivienda y la agravante crisis climática.
El informe, al que tuvo acceso Europa Press, resalta que la creciente diversidad en los procesos democráticos a nivel regional y local ha fortalecido la legitimidad de los representantes, quienes interactúan de forma regular con los ciudadanos. Las regiones europeas han sido golpeadas por diversas crisis en los últimos años, incluyendo la pandemia de COVID-19, el conflicto en Ucrania y los retos impuestos por el cambio climático. Estos problemas, aunados a las crecientes amenazas a la democracia alrededor del mundo, han puesto a prueba a las regiones de Europa.
El evento pone el foco en la necesidad de una transición ecológica que sea inclusiva, dado que las regiones y ciudades del continente experimentan de manera alarmante el impacto del calentamiento global, siendo Europa la parte del mundo que se calienta con mayor rapidez. Se estima que el extremo calor podría llegar a provocar hasta 120.000 muertes anuales en el continente y que adaptarse a estos cambios climáticos podría costar hasta 200.000 millones de euros cada año. Las consecuencias del cambio climático son desiguales, afectando a algunas regiones con sequías extremas y a otras con inundaciones sin precedentes. Además, problemas como el extremo calor, incendios forestales y la escasez de agua afectan no solo a la salud pública, sino también a la seguridad energética y alimentaria.
La cohesión entre regiones se ha señalado como fundamental para el futuro de la Unión Europea, que destina un tercio de su presupuesto hasta 2027, es decir, 370.000 millones de euros, a política de cohesión. Esta estrategia busca fomentar el progreso y la solidaridad en Europa mediante inversiones significativas que mejoren infraestructuras y servicios públicos.
En el horizonte, la Comisión Europea planea presentar en 2025 su propuesta de presupuesto plurianual para 2028-2035, así como una reforma de la política de cohesión, que se ha mostrado vital considerando que las regiones y ciudades gestionan el 50% de la inversión pública y son responsables del 30% del gasto público.
Otro de los puntos críticos es el éxodo rural, con proyecciones que indican que para 2033 30 millones de personas habrán abandonado la Europa rural en un lapso de 40 años. La desaparición diaria de 800 explotaciones agrícolas es alarmante, y solo una de cada veinte es gestionada por jóvenes menores de 35 años. Para abordar este tema, se requiere una reforma de la política agrícola común, que el Comité Europeo de las Regiones ha instado a implementar.
Asimismo, la falta de viviendas asequibles se ha convertido en un riesgo significativo para la cohesión social. La presidenta de la Comisión Europea ha enfatizado la vivienda como una prioridad clave, proponiendo un plan europeo destinado a garantizar accesibilidad y sostenibilidad en este aspecto, en un momento en que cerca de 100 millones de personas enfrentan riesgo de pobreza y exclusión social en Europa en 2023.
Por último, la Unión Europea se encuentra ante la posibilidad de ampliar su membresía, con nueve países candidatos y un potencial nuevo candidato, lo que representa la mayor cantidad desde 2004. El enfoque para la nueva ampliación es gradual y por méritos, aunque también se contemplan escenarios alternativos. La UE planea realizar revisiones exhaustivas de su política de ampliación, reconociendo la importancia de las regiones y ciudades en este proceso decisivo.