La Fundación Franz Weber ha realizado una llamada a evitar el uso de animales como regalo de Navidad, toda vez que estos presentes suponen un claro ejercicio de irresponsabilidad por las consecuencias económicas y sociales que supone convivir con un ser vivo durante varios años.  

Los naturalistas indican que la adquisición de seres vivos no se reduce únicamente a perros y gatos, ya que cada vez existen más compras relacionadas con roedores, animales exóticos o marinos cuyos cuidados son igual o más exigentes.  

Así, advierten que la trazabilidad de muchos de estos “regalos” es prácticamente nula ya que no es obligatoria su identificación en la inmensa mayoría de situaciones, por lo que muchos de ellos acabarán en un bosque, en un río o abandonados en medio de una carretera secundaria.  

En los últimos años han sido abandonados miles de animales de muy diferentes especies en sin que la Junta haya desarrollado medidas efectivas para prevenir estos contextos. El mejor ejemplo de la falta de interés es que su nueva Ley autonómica no ha sido aplicada de forma contundente contra estos casos.

A ello se suma el creciente desembarco de anuncios de compraventa de animales a través de Internet. Las redes sociales y páginas web de productos de segunda mano se han convertido en un mercado negro donde no existen garantías sanitarias, protección para los animales ni derechos para las personas que optan por este turbio negocio. 

Un buen número de animales que aparecen en estas promocionales virtuales proviene de criaderos que incumplen las más básicas normas de higiene, especies que son transportadas durante días en furgonetas desde países del Este y donde un porcentaje importante acaba muriendo antes de llegar a su “destino”. 

La ONG naturalista pide sentido común a la hora de agasajar, dejando a los animales fuera de la lista de deseos y, si existe una reflexión meditada, optar por la adopción fuera de este calendario vinculado a los regalos.  

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