El mejor paño de cocina de 2024
Nuestra experta ha elegido el paño de cocina de la marca Amago como el ganador de esta comparativa al considerar que tiene características que lo hacen único: son resistentes, de buen tamaño y grosor, muy absorbentes, fáciles de lavar y con un diseño bonito.
Hay imprescindibles en una cocina. Cosas que, sin importar espacio o tiempo, necesitamos siempre, ya seamos mucho de cocinar o poco. Y dentro de esta categoría entran los trapos de cocina. Son multiusos por decir poco. Están ahí para limpiar, secar, servir de agarradores, proteger de manchas…
Vamos, están ahí para que tu cocina no parezca el escenario de una batalla después de preparar la comida o la cena. Y con tanto uso repetido este textil de cocina necesita ser resistente, absorbente, adaptable y, sí, por qué no, también bonito (va a estar en tu vida todos los días, que te guste es importante).
¿Qué factores tener en cuenta para elegir un buen paño de cocina?
Diseño y materiales, tamaño, capacidad de absorción, todos estos son factores que se toman en cuenta si quieres encontrar el mejor trapo de cocina. Así que hemos elegido cuatro paños de cocina que se pueden encontrar en Amazon y los hemos probado en casa para El PAÍS Escaparate, para ver cuál de ellos queremos tener en nuestra cocina.
Paños de cocina, de Amago
Por qué los recomendamos: tienen un buen tamaño (70 x 50 centímetros) por lo que son ideales para secar la vajilla después de fregar o poner debajo de una tabla de cortar grande para evitar que resbale. Secan y absorben muy bien, siendo más finos que los anteriores, y tienen un diseño sobrio y bonito. Están elaborados en 100% algodón jacquard y como los otros en la lista se pueden lavar y secar en máquina sin problema.
Sus puntos débiles: el paquete solo incluye dos unidades y al principio, como con los anteriores (aunque en menor grado), son un poco más resistentes al secado al estar nuevos.
Paños de cocina, de Aidea
Por qué lo recomendamos: estos trapos de cocina están elaborados en microfibra, son gruesos (pero no demasiado) y absorben (y mucho). Sirven para secar la superficie después de fregar los platos o para eliminar la grasa y manchas de la cocina o para secar algún desastre líquido, por ejemplo. También tienen esa ventaja, muy agradecible cuando se trata de vasos o copas de cristal, de secar y pulir a la vez.
Además, se pueden lavar y secar en secadora sin problema y no tienen pelusas. El diseño, en grises y blancos y con rayas, es muy combinable con cualquier cocina. Y además el paquete incluye ocho unidades, así que la durabilidad no es un problema.
Sus puntos débiles: son pequeños (30 x 30 centímetros) y tienen más la funcionalidad de una bayeta de cocina, que de un trapo en condiciones. No sirven, por ejemplo, para poner a secar las ollas y platos tras una lavada en el caso de que, como yo, no tengas un secador de platos.
Trapos de cocina, de Galitex
Por qué los recomendamos: estos son los paños de cocina de toda la vida y como todos los clásicos, lo son por una razón. Con textura de toalla, un tamaño medio (50 x 50 centímetros) y buena absorción, estos trapos cumplen muy bien su función. Su grosor permite que sequen bien, incluso muy bien, si se derrama una gran cantidad de líquido. Son 100% de algodón y lavables y secados a máquina. Están elaborados en Portugal y el paquete incluye seis unidades en distintos colores.
Sus puntos débiles: el diseño es un poco anticuado (colores llamativos y dibujos un poco infantiles). Recuerdan a los paños de cocina que siempre viste utilizar a tu abuela. Si tienes una cocina moderna no son los más adecuados. Y tienen también la desventaja de que, al usarlos las primeras veces y tener esa textura, cuesta más secar las cosas (incluso pueden soltar alguna pelusa)… luego ya ejercen bien su función.
Trapos de cocina, de Vaily
Por qué los recomendamos: estos paños de cocina son bonitos, están elaborados en 100% algodón, muy ligeros y el paquete incluye diez unidades. Además, son grandes (70 x 45 centímetros) y tienen colgador. Y aunque son muy finos, secan muy rápido. Recuerdan a los que usan los cocineros en los restaurantes (si estás viendo The Bear o conocen cocineros sabes a lo que me refiero).
Sus puntos débiles: aunque tengan ese aire de paño de cocina profesional, lo cierto es que para secar mucho líquido sirven poco. Al ser tan finos se empapan muy rápidamente y, además, al principio tienen una textura tan almidonada que cuesta que sequen o pulan lo más mínimo. Recuerdan más a una servilleta de tela que a un paño de cocina.
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*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 3 de agosto de 2024.
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