En un desenlace que ha generado controversia a nivel global, Nicolás Maduro ha sido declarado ganador de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, según el Consejo Nacional Electoral. Esta decisión, anunciada el 28 de julio de 2024, ha dividido a la comunidad internacional entre aquellos que apoyan el resultado y quienes lo cuestionan, aduciendo posibles irregularidades en el proceso electoral.
El respaldo de varios países ha quedado manifestado a través de felicitaciones públicas hacia el líder venezolano. Naciones como China, Cuba, Irán, Siria, Bolivia, Nicaragua y Honduras no han tardado en expresar su conformidad con el desenlace de la contienda electoral. Luis Arce, presidente de Bolivia, fue uno de los primeros en felicitar a Maduro, destacando la elección como una «fiesta democrática» y una forma digna de recordar al Comandante Hugo Chávez. Similarmente, Miguel Díaz-Canel de Cuba y Xiomara Castro de Honduras han transmitido mensajes de apoyo, resaltando la dignidad y soberanía del pueblo venezolano.
Por otro lado, la lista de países que han mostrado su desaprobación o escepticismo hacia los resultados es significativa. Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Costa Rica, Panamá y Guatemala figuran entre los que han expresado dudas o directamente rechazado la declaración del Consejo Nacional Electoral venezolano. Gabriel Boric de Chile y Antony Blinken, Secretario de Estado de Estados Unidos, han manifestado su preocupación por la falta de transparencia y la posibilidad de que los resultados no reflejen la verdadera voluntad del pueblo venezolano.
Esta división internacional refleja no solo las diferentes posiciones políticas respecto a Venezuela, sino también la complejidad de la situación electoral en el país. Con declaraciones encontradas y la sospecha de irregularidades habiendo tomado un lugar central en el debate, el proceso electoral venezolano de este año permanece en el foco de la política mundial.
El llamado a consultas del embajador peruano en Caracas por parte del gobierno de Perú representa una de las respuestas diplomáticas más firmes ante el resultado electoral, subrayando la profundidad de las preocupaciones internacionales respecto a la integridad del proceso electoral en Venezuela.
A medida que se desarrollan los eventos posteriores a la elección, la comunidad internacional permanece en alerta y dividida en sus reacciones. La legitimidad de los resultados electorales y la estabilidad política de Venezuela siguen siendo motivo de gran atención y debate a nivel global.