Desde vídeos y fotos en redes sociales hasta las marquesinas de autobús en las calles, una capa de morado tiñe todo el paisaje urbano y digital con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este 25 de noviembre, mensajes sobre la defensa de los derechos de la mujer, declaraciones políticas y muestras de apoyo a las víctimas se multiplican, mientras que las instituciones lanzan nuevas campañas de concienciación y hacen públicos anuncios relevantes.
A pesar de la movilización social y las medidas adoptadas, dos mujeres son asesinadas cada día en la Unión Europea por parejas o familiares, según el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE). La violencia de género no solo constituye un problema social y de salud pública, sino que también representa un importante desafío económico. Según el último estudio publicado por el EIGE en 2021, este tipo de violencia ocasiona un impacto de 366.000 millones de euros al año en la UE.
La violencia contra la mujer abarca un amplio espectro que incluye la violencia sexual y los ataques psicológicos, y puede provenir de familiares, parejas, exparejas, o incluso de individuos fuera de su círculo cercano. Este complejo panorama dificulta a veces la implementación de medidas efectivas contra cada tipo de violencia. En este contexto, invertir en prevención emerge como una solución clave.
Cada país de la UE ha adoptado su propio enfoque en la conmemoración del 25N, contribuyendo a la meta común de prevenir la violencia contra la mujer. En España, por ejemplo, el Gobierno ha comprometido 2,4 millones de euros para campañas de sensibilización contra la violencia de género hasta 2025. Aunque estas inversiones son bienvenidas, las organizaciones advierten que la financiación debe ir acompañada de más educación y una mayor implicación de asociaciones feministas.
La prevención de la violencia de género continúa siendo un desafío urgente, como lo demuestran los constantes asesinatos a manos de parejas o exparejas. Carmen Lledó, doctora en Psicología de la Intervención Social, subraya la necesidad de que los mensajes de prevención se complementen con programas de intervención específicos.
Europa ha realizado avances significativos en las últimas décadas en cuanto a visibilización y prevención de la violencia contra las mujeres. Desde la adopción de políticas comunitarias y la ratificación de convenios internacionales, los gobiernos europeos se han focalizado en la prevención, protección y asistencia a las víctimas.
Francia, por ejemplo, destinó más de 184 millones de euros el último año para combatir la violencia contra la mujer, pero las organizaciones argumentan que aún es insuficiente. En contraste, República Checa y Lituania han enfrentado desafíos en la implementación de campañas nacionales y la ratificación de convenios internacionales.
Organizaciones no gubernamentales y campañas de sensibilización desempeñan un papel vital en la lucha contra la violencia de género, poniendo en marcha iniciativas que buscan proteger a las víctimas y educar al público. Sin embargo, la eficacia de estos esfuerzos continúa siendo un tema de discusión.
Lo claro es que los avances en la protección de las mujeres contra la violencia requieren un enfoque integral, que combine inversión, educación y un cambio en los patrones culturales. Solo así podremos romper el ciclo de violencia y construir sociedades más igualitarias y seguras para las mujeres.