Estudio de enfermeras de la Gerencia de Alcázar de San Juan sobre educación afectivo-sexual con la participación de 248 estudiantes

Enfermeras del Centro de Salud Alcázar I, en colaboración con los investigadores de la Gerencia de Atención Integrada de Alcázar de San Juan, han llevado a cabo un estudio que revela preocupantes hallazgos sobre la educación sexual en adolescentes. El artículo, titulado ‘Encuesta para conocer la percepción sobre la educación sexual en adolescentes’, ha sido publicado recientemente en la Revista Española de Salud Pública, dependiente del Ministerio de Sanidad.

El estudio, liderado por las enfermeras especialistas en Atención Familiar y Comunitaria, Isabel María Velasco y Ana Polo, junto con el equipo de investigadores de la Gerencia de Alcázar de San Juan, ha arrojado luz sobre la educación sexual en dos centros educativos de Castilla-La Mancha. La encuesta realizada a 248 estudiantes, de entre 13 y 19 años, revela una falta de educación sexual homogénea tanto en el ámbito escolar como familiar.

Uno de los hallazgos más alarmantes es que más de la mitad de los adolescentes encuestados han consumido contenido pornográfico, con una edad media de primera visualización a los 12 años, y la más temprana a los seis años. Además, el 12 por ciento de los encuestados afirma haber tenido relaciones sexuales, de los cuales casi el 75 por ciento no utilizó ningún método de protección. La media de edad de la primera relación sexual entre los estudiantes es de aproximadamente 14 años.

El acceso a internet y el consumo de contenido pornográfico se han relacionado directamente con conductas sexuales de riesgo, mostrando que la percepción de riesgo variaba entre sexos, siendo las mujeres más conscientes de los peligros que entraña mantener relaciones sexuales sin utilizar ningún método de protección.

Las investigadoras Isabel María Velasco y Ana Polo enfatizan en la importancia de comprender las actitudes y percepciones de los adolescentes para evaluar el impacto de estos conocimientos, proponiendo la implantación de programas educativos comunes y talleres de discusión dirigidos por profesionales de la salud. En su opinión, la disparidad en la información recibida desde la familia y los centros educativos resalta la necesidad de homogeneizar el contenido de educación sexual.

Según Velasco y Polo, «este estudio es una llamada a la acción para mejorar la educación sexual en la juventud, abogando por un enfoque integral y homogéneo que promueva la salud y el bienestar de los adolescentes en toda la región». Es evidente que se requieren medidas urgentes para abordar esta problemática y garantizar que los jóvenes tengan acceso a una educación sexual completa y precisa.

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