En medio de crecientes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, varios helicópteros de Operaciones Especiales estadounidenses llevaron a cabo ejercicios de entrenamiento en aguas cercanas a la costa venezolana. Este despliegue, que se realizó a menos de 145 kilómetros de la costa, incluye modelos de ataque conocidos como MH-6 Little Bird y MH-60 Black Hawk y se produce en un contexto de preocupación por el incremento de la actividad militar en la región.
Un funcionario estadounidense ha enfatizado que estos vuelos tienen como único propósito el entrenamiento y no están relacionados con operativos militares dirigidos hacia Venezuela. Sin embargo, el contexto es tenso, ya que el presidente Donald Trump ha autorizado acciones encubiertas de la CIA en el país sudamericano y ha expresado la intención de intensificar la lucha contra el narcotráfico, acusando directamente al gobierno de Nicolás Maduro de vínculos con el crimen organizado.
Recientemente, Washington ha llevado a cabo acciones contra embarcaciones que supuestamente transportaban drogas, resultando en la muerte de numerosos involucrados. Esta escalada ha generado un rechazo en Caracas, que califica estas maniobras de intimidación, aumentando un ciclo de desconfianza entre ambas naciones y un clima de incertidumbre regional.
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