En una escalada significativa de las tensiones en Medio Oriente, las fuerzas armadas de Estados Unidos llevaron a cabo una serie de ataques aéreos contra objetivos de los rebeldes hutíes en Yemen este jueves. Los bombardeos, que utilizaron bombarderos estratégicos de alta tecnología B-2, tuvieron como objetivo cinco instalaciones subterráneas en la capital, Saná, y su área circundante, identificadas por Washington como depósitos de armas críticos para las operaciones hutíes en la región.
Lloyd Austin, Secretario de Defensa de Estados Unidos, señaló que estos ataques de precisión buscaron neutralizar depósitos de armas subterráneos fortificados, utilizados por los hutíes para lanzar agresiones contra buques en las aguas internacionales. A través de un comunicado, Austin subrayó la capacidad de las fuerzas estadounidenses para alcanzar instalaciones que los adversarios consideran inaccesibles, haciendo énfasis en la fortaleza o profundidad de las mismas. Este aviso se hizo aún más contundente con la mención del uso de bombarderos B-2, conocidos por su capacidad de evadir sistemas antiaéreos enemigos.
El dirigente del Pentágono hizo hincapié en que el despliegue de esta tecnología militar avanzada refleja la disposición y capacidad de Estados Unidos para actuar contra amenazas a nivel global, «en cualquier momento y en cualquier lugar», según sus palabras. Estos ataques fueron autorizados directamente por el presidente Joe Biden con el objetivo de mermar la capacidad de los hutíes para continuar su conducta desestabilizadora y garantizar la seguridad del personal estadounidense en los puntos neurálgicos marítimos.
Austin también reiteró que las acciones de los hutíes no solo amenazan la seguridad del comercio internacional y ponen en riesgo el medio ambiente, sino que también comprometen la vida de civiles inocentes y fuerzas aliadas. Frente a estos desafíos, aseguró que Estados Unidos no dudaría en tomar medidas defensivas para proteger sus intereses y los de sus aliados.
En respuesta a los ataques, el vicepresidente de la Autoridad de Medios de Comunicación de los hutíes, Naser al Din Amer, declaró que Estados Unidos «pagará el precio de su agresión contra Yemen», a través de un mensaje publicado en la red social X. Amer afirmó que la postura de Saná respecto a su apoyo a Gaza y otros frentes de confrontación contra Israel y sus aliados permanecería inalterable pese a la ofensiva estadounidense.
Los rebeldes hutíes, que mantienen el control sobre Saná y vastas regiones del norte y oeste de Yemen desde 2015, han intensificado sus ataques contra Israel y objetivos marítimos vinculados a Israel y a aliados occidentales, como respuesta a acciones militares en Gaza e intervenciones en Yemen por parte de fuerzas estadounidenses y británicas.
Este nuevo capítulo del conflicto en Yemen no solo subraya la persistente inestabilidad en la región, sino que también plantea interrogantes sobre las futuras acciones de la comunidad internacional ante esta escalada de violencia, la seguridad marítima en las aguas estratégicas y las posibles repercusiones en la ya complicada dinámica geopolítica de Medio Oriente.