En una sesión reciente de la Comisión Mixta de Control Parlamentario, el presidente de RTVE, José Pablo López, reafirmó la firme postura de la corporación pública respecto a la participación de Israel en el Festival de Eurovisión 2026. López insistió en que su posición se mantiene inalterada desde la histórica resolución de septiembre que dejó claro que España no estará en el certamen si Israel continúa siendo parte del mismo. «La presencia de Israel en el festival es insostenible», subrayó, despachando cualquier duda sobre la intransigencia de la postura española.
Durante su intervención, López abordó una serie de reformas recientes anunciadas por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que incluyen cambios significativos en el sistema de votación y en las reglas del festival. Aunque algunas de estas medidas, como la limitación del televoto y el refuerzo de los jurados, parecen responder a las inquietudes expresadas por RTVE, el presidente dejó en claro que no son suficientes. «No garantizan que las injerencias gubernamentales, como las que hemos denunciado en el caso de Israel, no se repitan», argumentó.
A pesar de que la UER ha presentado estos cambios como la mayor reforma desde 2023, López advirtió que el verdadero problema persiste: Israel no ha enfrentado sanciones por sus acciones, que, según RTVE, han implicado intentos de influir en los resultados del concurso. «Cualquier otro país que hubiera hecho lo mismo estaría ya sancionado», afirmó, dejando claro que la inacción frente a Israel no solo es un fallo del sistema, sino una cuestión de principios.
López también destacó que la presión ejercida por España ha tenido cierta repercusión dentro de la UER, con el director general reconociendo que las iniciativas reformistas fueron impulsadas en parte por la posición de RTVE. Sin embargo, el presidente no vaciló en insistir que aún queda mucho por hacer. De hecho, con un tono directo y contundente, lanzó una pregunta provocadora hacia el director del festival, Martin Green, quien había expresado que los artistas y las televisiones no representan a los gobiernos. «¿Está planteando una vuelta de las televisiones de Rusia y Bielorrusia al festival? Todos sabemos cómo podrían utilizar el concurso entonces», contrarrestó López, evidenciando que su preocupación trasciende el conflicto israelí.
De cara a la asamblea de la UER programada para principios de diciembre, es evidente que la postura de RTVE es más firme que nunca. «Lo que solicitamos hace cinco meses sigue siendo lo que pedimos ahora», reafirmó López, dejando claro que la falta de sanciones y garantías reales persistirá como un obstáculo para la participación de España en Eurovisión 2026. La tensión en esta reunión se anticipa alta, y la comunidad eurovisiva se pregunta si la UER se mostrará dispuesta a adoptar una postura más decidida respecto a los conflictos políticos que ensombrecen el evento.
Con todo, el futuro de Eurovisión 2026 sigue en el aire. España, uno de sus pilares más significativos, ha decidido no moverse un solo centímetro, dejando en manos de la UER la difícil tarea de decidir si el festival podrá continuar sin una de sus delegaciones históricas. La situación actual deja entrever una de las mayores crisis políticas que ha enfrentado Eurovisión desde la expulsión de Rusia y Bielorrusia, lo que augura un diciembre tenso y emocionante para el concurso.

















