El año 2023 se ha caracterizado por una serie de fenómenos meteorológicos extremos en España, que han captado la atención de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Este ha sido el segundo año más cálido registrado desde que comenzaron las mediciones en 1961, siendo superado solo por el 2022, según informa Rubén del Campo, portavoz de la Aemet. De acuerdo con reconstrucciones climáticas, estos dos últimos años han sido los más calurosos desde 1916.
Con cinco meses del 2023 clasificados como «muy cálidos», España no experimentó ningún mes de carácter frío durante el año. Los efectos del calor se han sentido más en el invierno de 2022-2023 y en una primavera catalogada como «extremadamente cálida», siendo esta última la de mayor temperatura media hasta la fecha. Además, el verano se posicionó como el tercero con la mayor temperatura media, siguiendo a 2022 y 2003, mientras que el otoño fue el segundo más cálido después de 2022.
Un total de 90 días del año se encontraron entre el 5% de los días más cálidos de la historia para sus fechas correspondientes, lo que resalta la excepcionalidad de las temperaturas registradas. En contraste, solo cinco días se catalogaron dentro del 5% más frío.
Entre los eventos más notorios está la ola de calor de nueve días de duración en agosto, que afectó a 39 provincias con temperaturas máximas históricas. Otra ola de calor sobresaliente tuvo lugar en Canarias en octubre, donde se batió el récord de duración de olas de calor y de temperaturas más altas, especialmente en El Hierro y Guía de Isora (Tenerife).
Por otra parte, España también se ha enfrentado a una acuciante sequía. Al 26 de diciembre, este año se ha convertido en el quinto más seco desde 1961, con déficits de lluvias del 15%. Febrero, marzo y abril fueron meses particularmente secos, y a pesar de que el verano y el otoño presentaron precipitaciones, éstas se repartieron de manera desigual a lo largo de la geografía española. Cataluña ha sido la región más golpeada por este fenómeno, sufriendo la sequía más intensa desde que se tienen registros, y Andalucía ha experimentado la sequía más larga de la historia con ocho años de duración.
En el compás de episodios lluviosos destacan la borrasca ‘Juliet’, la DANA de septiembre con consecuencias fatales, y las borrascas ‘Aline’ y ‘Bernard’, que descargaron cantidades de lluvia nunca vistas en ciertas áreas como Madrid y provincias andaluzas.
Aunque el pronóstico para 2024 es incierto, desde la Aemet adelantan la posibilidad de temperaturas superiores a la media hasta la primavera y lluvias abundantes para los primeros meses del año, especialmente en el noroeste peninsular.