En la trigésima edición del Campeonato de Europa de Campo a Través, celebrada en la ciudad de Antalya, Turquía, se diseñó un circuito retador para los crossistas, caracterizado por su aparente falta de desnivel pero compensado con tramos de hierba alta, arena, barro y obstáculos artificiales. Este evento marcó la primera vez que Turquía albergaba el campeonato, colocando a Antalya en el foco del atletismo europeo. A pesar de la ausencia de lluvia que hubiera hecho el recorrido más exigente, el terreno se mantuvo en condiciones ideales para la competición, donde cada categoría enfrentaba diferente cantidad de vueltas según la lógica y el reglamento.
La clausura del campeonato fue destacada por el éxito de España, consiguiendo oro por equipos y un bronce individual gracias a Thierry ‘El Tigre’ Ndikumwenayo, quien se defendió con destreza en un sprint decisivo. Junto a él, actuaciones sobresalientes de Nassim Hassaous, Abdessamad Oukhelfen, Adel Mechaal, Aarón Las Heras y Fernando Carro cimentaron el triunfo español en esta última carrera del programa, sumando importantes preseas a la historia deportiva del país en este campeonato. María Forero, por su parte, reafirmó su posición como promesa del atletismo español, obteniendo la plata en su categoría y liderando con ejemplaridad a su equipo.
El campeonato también resaltó por los esfuerzos colectivos e individuales en varias categorías, como el relevo mixto y las carreras sub 20 y sub 23, donde España mostró su profundidad y talento, aunque sin lograr subir al podio en estas pruebas. A pesar de ciertos contratiempos, como la caída de Marta Pérez en el relevo mixto, el espíritu competitivo de los deportistas españoles brilló a lo largo del evento. El rendimiento general de España en el Eurocross refleja el potencial y la promesa de sus atletas, estableciendo expectativas altas para futuras competiciones internacionales.