La selección española masculina de baloncesto enfrentó un complicado inicio en los Juegos Olímpicos de París, donde en su primer encuentro se vio superada por un equipo australiano que impuso su juego desde el comienzo. A pesar de sus esfuerzos y de mostrar competitividad durante gran parte del partido, España no logró sobreponerse a un inicio y cierre deficientes, culminando el encuentro con una derrota de 92-80. Este resultado colocó a España en una posición de desventaja desde el comienzo de su participación en el torneo.
El conjunto dirigido por Sergio Scariolo mostró signos de recuperación y llegó a liderar el marcador durante el tercer cuarto, gracias a una mejora ofensiva y defensiva, destacando la participación de Santi Aldama y Sergio Llull. No obstante, la solidez y el acierto en los triples de Australia, sumados a su dominio en el rebote, permitieron a los oceánicos retomar el control del juego y asegurar la victoria. España enfrentó dificultades para mantener un ritmo constante, y a pesar de sus esfuerzos por acercarse en el marcador, los australianos supieron administrar su ventaja.
El análisis detallado del juego evidencia los desafíos que España deberá superar para avanzar en el torneo. La falta de precisión en tiros de tres puntos y las dificultades en la defensa fueron factores críticos que influyeron en el resultado final. A pesar de la derrota, la selección española demostró momentos de calidad y potencial para competir a alto nivel. La próxima jornada será crucial para sus aspiraciones de recuperarse y avanzar en los Juegos Olímpicos de París.