Error Inexplicable: La Casa Blanca Confunde a Periodistas en Chat Sobre Ataques contra los Hutíes

En un suceso que parece sacado de una novela de espionaje, Jeffrey Goldberg, el reputado director de la revista The Atlantic, se encontró inesperadamente en medio de las delicadas esferas de la seguridad nacional de Estados Unidos y la planificación de operaciones militares en el extranjero. Por un error que aún deja perplejas a las autoridades, Goldberg fue añadido a un chat de Signal utilizado por altos funcionarios de la Administración Trump para coordinar ataques militares contra los hutíes en Yemen.

El 11 de marzo, Goldberg recibió una solicitud de conexión en la aplicación de mensajería cifrada Signal de un usuario que resultó ser Michael Waltz, un asesor de seguridad nacional del entonces presidente Donald Trump. Poco podía imaginar Goldberg que, dos días después, estaría inmerso en un chat grupal titulado «Houthi PC small group”, presenciando en tiempo real debates y decisiones sobre operaciones militares planificadas.

Las discusiones no solo trataban sobre la logística y la estrategia de los inminentes ataques, sino también sobre los dilemas políticos y económicos que estos entrañaban. Figuras clave de la administración, como el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, y el secretario de Estado Marco Rubio, expresaban abiertamente sus opiniones, hasta llegar a hablar sobre cómo trasladar los costes de las operaciones a Europa, revelando una mezcla de desdén y pragmatismo político.

Esta situación puso inadvertidamente a Goldberg en una posición de testigo privilegiado de las deliberaciones internas de la Administración Trump en relación con un tema de seguridad nacional altamente sensible. El 15 de marzo, incluso antes de que los ataques comenzaran, Goldberg fue informado detalladamente sobre los objetivos, el armamento y el cronograma de los bombardeos. A pesar de sus dudas iniciales sobre la autenticidad de los mensajes, los eventos se desarrollaron tal como se describieron en el chat, confirmándole la veracidad de la información que estaba viendo.

Sorprendentemente, Goldberg logró retirarse del chat sin ser detectado por ninguno de los otros miembros y, confundido acerca de cómo proceder, contactó posteriormente a varios funcionarios para entender y aclarar lo ocurrido. Cuestionó incluso si los mensajes podrían ser parte de una operación de desinformación.

La confirmación oficial de la autenticidad del chat vino de Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, quien admitió que la inclusión de Goldberg fue un «error involuntario». Aunque aseguró que no hubo amenazas a la seguridad nacional derivadas del incidente, el suceso ha levantado serias preguntas sobre la seguridad de las comunicaciones internas del gobierno y la facilidad con la que información sensible puede terminar en manos equivocadas.

Este extraño episodio subraya la importancia de las medidas de seguridad en la comunicación de asuntos de estado, al tiempo que revela las complejidades y presiones bajo las cuales se toman decisiones críticas en los niveles más altos del gobierno de Estados Unidos.

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