En un regreso crítico a la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump ha marcado el inicio de su nuevamente adquirido mandato con la firma de 100 órdenes ejecutivas, desatando una tormenta de reacciones tanto a nivel nacional como internacional. Este lunes, al juramentar su cargo, Trump disparó contra las políticas adoptadas bajo la administración de Joe Biden, desplegando medidas intensamente concentradas en áreas de inmigración, comercio, energía, y poniendo fin a diversas prácticas gubernamentales destinadas a fomentar la diversidad y la inclusión.
Una de las declaraciones más controversiales de Trump involucró a España y a los países miembros del grupo BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—, un conjunto de economías emergentes con creciente influencia global. Con una crítica hacia el presupuesto destinado a defensa por parte de algunos miembros de la OTAN, Trump erróneamente agrupó a España entre los países BRICS, afirmando, «Creo que España está muy por debajo. Y, sin embargo, son de los BRICS… vamos a imponer al menos un arancel del 100% a los negocios que hagan». A pesar de ser corregido por un periodista que subrayó que España no forma parte de dicho grupo, Trump mantuvo su postura sobre imponer aranceles a los BRICS.
Esta declaración errática de Trump pronto fue contestada por el ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, quien defendió la posición de España en Onda Cero, señalando el compromiso del país de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar para 2029, en consonancia con los objetivos colectivos de la OTAN. Albares recalcó, «Lo vamos a cumplir», recordando así que existen otros diez países aún por debajo de este porcentaje.
El regreso de Trump igualmente resucita tensiones previas, como su decisión de implementar aranceles del 100% a los países que opten por abandonar el dólar en sus transacciones comerciales, en claros esfuerzos por perpetuar la hegemonía de la moneda estadounidense. Esta medida se insinúa como una respuesta directa a la cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, donde se propuso crear una alternativa al dólar, apuntando hacia un reajuste significativo en la dinámica económica global.
La confusión sobre los miembros de los BRICS, agregado al alto enfoque en políticas que desafían el consenso global sobre temas como la cooperación internacional y el cambio climático, sugiere un periodo de gobernanza marcado por fuertes divisiones y polémicas. Los BRICS, extendiendo ahora su membresía más allá de sus fundadores, se erigen como un bloque alternativo cada vez más poderoso, desafiando la dominancia occidental en asuntos económicos y políticos mundiales.
Frente a este tenso escenario, se pone en evidencia la profunda polarización que Trump continua inyectando en el panorama político internacional, con España encontrándose en medio de un cruce verbal que recalca la importancia de la precisión en las declaraciones oficiales y la diplomacia internacional. El mundo observa atentamente cómo se desplegarán estas dinámicas en los próximos meses bajo el regreso de Trump a la arena política global.
