En un reciente giro de eventos, el programa «Equipo de investigación» de La Sexta ha arrojado luz sobre una serie de problemáticas asociadas a la popular plataforma de reservas online, Booking, revelando prácticas controvertidas que han provocado indignación tanto en el sector hotelero como en propietarios individuales. Este viernes, los espectadores fueron testigos de cómo esta omnipresente plataforma digital está influyendo, no siempre positivamente, en el mercado del alojamiento a nivel global.
Desde enfrentamientos verbales hasta complicaciones legales, la expansión de Booking y su modelo de negocio han sido meticulosamente examinados, demostrando un espectro amplio de consecuencias. En la mira de los reporteros se encontraba la estructura de comisiones de Booking, que inicialmente requería de los hoteles españoles una comisión de entre el 15 y el 17% por cada reserva realizada a través de su sitio web. Sin embargo, Sonia Molina, una experta en Revenue Management hotelero, ha proporcionado información sobre casos en los que la comisión ha ascendido significativamente más allá de estas cifras, llegando hasta un «prohibitivo» 40%.
Las repercusiones de esta dominante cuota de mercado son vastas. Booking no solo se ha consolidado como una fuente vital de ingresos para muchos establecimientos, representando entre el 40 y el 80% de las ventas totales para algunos, sino que también ha instaurado una dependencia que muchos ven como desequilibrante para el sector. La plataforma favorece en su algoritmo a aquellos alojamientos que generan mayores comisiones, en detrimento de los que aportan menos, intensificando así la competencia y las tensiones dentro del sector.
Además, la investigación no se limitó solo a las prácticas de comisiones. Los reporteros se adentraron en el mundo de los pisos turísticos, una vertiente que ha ganado notoriedad por sus implicaciones legales y sociales. Con más del 20% de los alojamientos en Booking constituidos por apartamentos turísticos, la legalidad de muchos de estos es cuestionable. Un caso particularmente alarmante fue el de un propietario en Barcelona, Josep Matías, quien descubrió que su inquilino había convertido el piso en un alojamiento turístico ilegal, anunciándolo en Booking pese a las cláusulas contractuales que lo prohibían. A pesar de las repetidas intentonas de Matías por suprimir el anuncio y las denuncias a las autoridades, el anuncio persiste, dejándolo en una posición desesperada.
Estas revelaciones han tenido diversas repercusiones. Por un lado, han obligado a la policía de Andorra a iniciar una investigación sobre el uso de la plataforma para la promoción de contenido en OnlyFans, resaltando la versatilidad de los temas abordados por «Equipo de investigación». Por otro lado, han intensificado el escrutinio sobre las operaciones de Booking, especialmente en lo relacionado con sus comisiones y la gestión de alojamientos que entran en áreas legalmente grises.
Este informe no solo arroja luz sobre las complejas dinámicas que Booking ha instaurado en el mercado global de alojamientos sino que también plantea preguntas sobre la sostenibilidad y ética de tales prácticas en un sector ya de por sí repleto de retos. Con la atención ahora firmemente fijada en cómo evolucionará esta situación, tanto proveedores de alojamiento como clientes esperan cambios que puedan equilibrar de nuevo la balanza en este lucrativo pero complicado mercado digital.