Envejecimiento moderado: una nueva tendencia demográfica hacia una población más longeva a ritmo reducido

Marruecos, con una población de 36,68 millones de habitantes, está experimentando un crecimiento demográfico más lento en comparación con décadas anteriores. A mediados del siglo XX, el país africano crecía anualmente a un ritmo del 2,6%, mientras que actualmente la tasa de crecimiento ha disminuido a solo el 0,85%. Las proyecciones indican que para el año 2050, Marruecos podría alcanzar una población de 43,56 millones de habitantes.

Un reciente censo poblacional, el primero llevado a cabo en una década por el Alto Comisionado para el Plan, una institución marroquí encargada de estudios sociológicos y demográficos, reveló que, aunque la población del país se ha triplicado desde 1960, el ritmo de este incremento está en declive. Este fenómeno se atribuye a una disminución en la tasa de fecundidad y a las migraciones tanto internas como internacionales.

La configuración familiar en Marruecos también ha experimentado cambios significativos, pasando de una media de 4,6 miembros por hogar a 3,9 en la última década. Este cambio refleja una tendencia similar en España, donde el tamaño promedio del hogar se ha reducido de 3,9 en los setenta a solo 2,5 en la actualidad.

El número de extranjeros residentes legales en Marruecos es relativamente bajo, representando solo el 0,4% de la población total. Comparativamente, en España, el porcentaje de población extranjera es significativamente mayor, de un 18,1%. En un esfuerzo por regularizar la situación de los inmigrantes, Marruecos legalizó a unos 50,000 subsaharianos indocumentados en los años 2014 y 2017, una medida que no ha sido adoptada por ningún otro país del norte de África.

El país ha experimentado un significativo proceso de urbanización desde su independencia en 1956, con un 62,8% de la población residiendo actualmente en ciudades. Esta transformación ha sido especialmente notable en las regiones costeras, donde el crecimiento poblacional ha sobrepasado al del interior. Ciudades como Tánger y Casablanca han visto incrementos demográficos notables gracias al desarrollo portuario y la industria automovilística.

En el Sáhara Occidental, antigua colonia española, el aumento de la población ha sido motivado en parte por una estrategia política del gobierno marroquí de promover el asentamiento de marroquíes en la región, diluyendo así la presencia de los saharauis nativos.

Dados los desafíos en el mercado laboral, con una tasa de desempleo del 13,6% que asciende al 39,5% entre los jóvenes de 15 a 24 años, la emigración se ha convertido en una opción atractiva. Un sondeo realizado por el Arab Barometer reveló que el 35% de los marroquíes encuestados expresaron su deseo de emigrar, con más de la mitad dispuestos a hacerlo incluso sin los documentos necesarios.

Esta situación demográfica y socioeconómica de Marruecos plantea desafíos importantes para el futuro, afectando no solo la dinámica interna del país sino también sus relaciones con vecinos y regiones más allá de sus fronteras.

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