En el ámbito de Valle Salvaje, el ambiente familiar se ha desequilibrado hasta convertirse en una olla hirviendo: la sangre se ha transformado en cadenas. La generosidad de Julio es, en una simple lectura, una trampa mortal; Rafael está completamente empantanado en el torrente de la culpa y las exigencias de una paternidad que se entiende en clave de violencia y miedo.
Leonardo se encuentra en el proceso de reinventarse a sí mismo en el entorno hostil de Valle Salvaje, una experiencia que Irene intenta proteger de las sombras del pasado que él prefiere ignorar. Por otra parte, Victoria empieza a sospechar de una traición doméstica, para rematar, Alejo está atrapado en un dilema entre el arte y el deber familiar.
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LA GENEROSIDAD ENVENENADA DE JULIO
Fuente: RTVE
Julio transforma la bondad en un dispositivo. Cede terreno de forma calculada y precisa, como un ajedrecista que ya tiene su movimiento estudiado. Su jugada es sencilla de seguir: mientras para Adriana Julio es un aliado, para Rafael, la supuesta grandeza de este se convierte en una gran carga de la que culpa a su hermano. La tensión entre los hermanos no es ya una enemistad, es una guerra psicológica en la que el amor de Adriana es el objeto de disputa.
José Luis, con su autoridad férrea, es el engranaje secreto de la máquina del conflicto que se ha puesto en marcha; al pedirle a Rafael que eche a Leonardo, lo pone a prueba, pero a la vez fortalece la idea de que Julio es el hijo capaz, el que sigue sin cuestionar nada. La ironía se presenta: Rafael, el hijo legítimo, es cada vez más extraño en su casa. La herencia que le ha incorporado Adriana en realidad les distancia: en cuanto aparece, ellos son conscientes del hecho de todo lo que él puede perder.
La ruptura es un momento que llega inevitablemente. La propuesta de huir lanzada por Rafael no es un recurso de cobarde, sino un recurso de desesperación. En el fondo, el valle no deja escapar fácilmente a los suyos. Julio, un jugador muy astuto, ya ha previsto esta jugada y tiene ya respuestas precisas. La cuestión no es si Adriana aceptará o no, la cuestión es qué sacrificio exigirá el valle por la libertad.